Nunca había visto a Ricardo Gareca tan desgastado en una conferencia de prensa. Ni siquiera en las que fueron luego de un partido largo y estresante. El viernes el DT de la selección mostró una cara que no conocíamos. Por primera vez Gareca dejó de lucir una apariencia de total control de la situación y nos enseñó un semblante de fatiga y disconformidad.
En todo este tiempo, el entrenador negó la posibilidad de desvincular a Paolo Guerrero de los amistosos de la selección en la fecha FIFA. Habló con el jugador y con los dirigentes del Internacional diciéndoles que la federación no hace concesiones a pedidos de los clubes y que era imposible que lo cediera a su equipo. Todos pensábamos que allí se acababa la novela, pero claramente no fue así.
Recordemos que uno de los principales logros que ha tenido el 'Tigre' en nuestro país, es haberles inculcado a los jugadores peruanos el sentido de pertenencia. Que es algo que él aprendió de Bilardo en la selección argentina. Hasta este momento, todos los futbolistas peruanos querían venir a la selección. Que Paolo, su capitán, sea el primero en decirle que no, debió ser un golpe fuerte.
Pero fuera de sentimentalismos, el principal problema de Guerrero no fue excluirse de la lista, el gran problema fue la forma en la que lo hizo. Paolo no ha renunciado a la selección, tampoco seamos alarmistas. Lo que hizo el delantero fue preferir disputar un partido importante para su equipo y no venir a los amistosos contra Ecuador y Brasil. ¿Es tan repudiable haberle dicho que no a Gareca? Yo creo que es totalmente comprensible si se analiza el caso. El tema, como ya dije arriba, es cómo lo hizo Guerrero.
Paolo tuvo mucho tiempo para manifestarle al técnico que no iba a asistir a los amistosos, sin embargo, lo hizo al final, en el último día. Cuando la lista y la planificación ya estaban armadas y cuando el Tigre se había desgastado con interminables diálogos con el club brasileño manifestándole su negatividad al pedido de prestar al jugador. La cara de Gareca en la Videna también es comprensible.
¿Habrá consecuencias para el nueve? Solo queda esperar, pero la frase del técnico fue clara: “El jugador que se autoexcluye, se tendrá que atener a las consecuencias”. Durísimo.
Por otro lado, no quería dejar de escribir sobre los que sí estarán, porque Gareca también mostró una nueva cara en su convocatoria, una que abre el abanico de oportunidades para nuevos futbolistas. Lo más llamativo fue la posibilidad de renovar los extremos con Gabriel Costa y Kevin Quevedo. Dos futbolistas que demostraron su valía en el campeonato local, pero ahora deberán hacerlo en partidos más competitivos. Además, llamó poderosamente la atención la inclusión de Carlos Ascues tras tres años de ausencias. “Lo quiero ver de volante”, dijo Gareca. En la lista volvieron a figurar luego de bastante tiempo Pedro Aquino, Marcos Lopez y Yordy Reyna, los tres son buenas alternativas en puestos sensibles de la selección.
El resto de los convocados pertenecen al grupo de siempre, con las confirmaciones de Josepmir Ballón y Christofer Gonzales y el espaldarazo a Christian Cueva, que no juega un partido desde la final de la Copa América pero que es uno de los fijos para el DT. Yo honestamente no sé si la selección le hace mejor a él o él hace mejor a la selección.
Lo cierto es que el 5 y el 10 de setiembre Perú volverá a saltar a la cancha y nuestro entrenador deberá volver a poner la mejor cara, esa que siempre nos acompañó en los momentos buenos y malos, esa que da confianza y que nos ha dado los mejores resultados en los últimos 37 años.
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