Carlos Alfaro Moreno registró ayer su candidatura a las elecciones presidenciales de Barcelona, fijadas para el 5 de octubre próximo. En entrevista con este Diario el exfutbolista canario aseguró que no existen en el club jugadores que le pertenezcan y que al club le pertenecen las escuelas de fútbol que llevaban su nombre. Explica que hubo un acuerdo comercial para entregar su academia a Barcelona, con la aprobación del directorio, y que lo del “convenio ya se cobró” y que todo lo que genera es los amarillos.
¿Le afectará haber estado con la actual dirigencia?
Para nada. Al contrario, me fortalece. Algunas cosas se han hecho bien y otras deben mejorarse, no estoy para tirar piedras a esta gestión. Fue el inicio de un gran cambio que ahora hay que consolidar. Barcelona antes era una hacienda que pasaba de mano en mano, no se presentaban balances y la gente hacía lo que le daba la gana.
¿No teme quemar su imagen si es elegido presidente?
El que diga que no tiene temor en la vida miente, pero los que tenemos fe superamos eso. Estoy convencido de que (ganar) será la confirmación de un gran cambio para hacer un Barcelona moderno.
¿Qué haría si gana?
Nuestro eslogan es ‘ganar el campeonato financiero’, que es lo más importante en este momento. La premisa es solucionar la deuda de corto plazo, esa que asfixia, ahoga. Y la que implica amenazas de juicios, pérdida de puntos y de categoría pasarla a largo plazo. Esto solo se puede hacer con aprobación de una asamblea extraordinaria de socios. La intención es hacerlo en ocho años y hay que disminuir la cantidad de acreedores y si se puede que sea uno solo, mejor. Hay que ajustar presupuestos fijos. Trabajaremos con una gerencia de Mercadeo en casa y ya no con agencias por pago de comisiones. Lo primordial es el financiero, sin resignar
lo deportivo, porque tenemos claro que en Barcelona hay que luchar y pelear por todo lo que juguemos.
Hay un plan de rescate económico a ocho años, pero el periodo dura cuatro.
Se puede hacer si lo aprueba una asamblea de socios. La intención es reducir al mínimo a los acreedores y renegociar la deuda. Según el presidente (José Francisco Cevallos), la deuda es de $ 29,5 millones y, con un capital importante, se puede negociar y bajarla considerablemente.
¿Conoce el monto real de la deuda de Barcelona?
Yo me baso en la voz oficial, que es la del presidente. Él dijo que es $ 29,5 millones y medio entiendo que habrá una auditoría pedida por notables barcelonistas y en dos meses va a tener un respaldo (sobre la cifra real). Si ganamos en la asamblea de marzo propondré una auditoría que hará una terna decidida por los socios.
¿Por qué los socios deben votar por usted?
Porque me conocen desde hace 25 años. Todas las decisiones que tomé en mi vida respecto a Barcelona
van ligadas al corazón, a lo afectivo, a tomar decisiones responsables, a mantener la imagen en la que me
tienen. Somos un equipo de profesionales y el proyecto primordial es poner los pies sobre la tierra y reducir el pasivo y pagarlo, sin hipotecar la campaña deportiva.
¿Cómo quedó su relación con Cevallos?
Si me pregunta por amistad, siendo sincero, hubo un punto de quiebre en cierto momento. Después el cariño queda intacto. Acá lo importante es intentar dejar un legado en Barcelona, ganemos o no. Lo importante es que gane el club. Si gana la lista de José Francisco le daré un abrazo, le desearé lo mejor y haré fuerza para que Barcelona gane todos los partidos y así deben pensar todos los barcelonistas.
Me preguntan cuántas academias y jugadores tengo en Barcelona. No tengo ninguna de las dos cosas. Fue una alianza comercial de un patrimonio familiar que hoy ya no tengo. Son de Barcelona. Lo conversé con mi señora y ella hasta se enojó. Carlos Alfaro Moreno, candidato a la presidencia de Barcelona
Cevallos afirma que las academias volverán a usted.
No es así. Las escuelas son de Barcelona. Ahora, si yo quisiera comenzar como academia Alfaro Moreno tendría que empezar de cero. Entregamos un producto con una cantidad de escuelas que fueron creciendo por el cuidado y por la organización deportiva y hoy Barcelona tiene cerca de 50 escuelas, incluso hay una en Nueva York. Esta es una parte del negocio, porque hace años no había muchos chicos que pagaran por querer aprender en la escuela de Barcelona. Además de eso hay franquicias que le pagan al club y todo eso son ingresos para la institución. Y está (el filial) Toreros y todos los jugadores federados son en un 100% de Barcelona.
¿Según Cevallos, usted recibió entre $ 800.000 y $ 1 millón por los jugadores de las academias. ¿Es cierto que usted obtuvo beneficio económico por ellas?
Por supuesto. Hablé de una alianza comercial de tres partes: Barcelona, toda la estructura de la Academia Alfaro Moreno y el auspiciante que no era del club; lo llevé yo y es una empresa suiza que está conmigo hace 17 años y eso fue aprobado por el directorio. Ya se cobró lo del convenio (no especificó cifras) y todo lo que queda es de Barcelona. Las escuelas son del club, si yo quisiera poner una escuela de Barcelona tendría que pagar una franquicia y empezar de cero y en una canchita. Los jugadores federados y las escuelas son propiedad de Barcelona.
Usted estuvo 38 meses con la actual dirigencia. ¿Salió por un cálculo político para luego candidatizarse?
No es así. Ya hace dos meses y medio decía públicamente que no había nada (sobre lanzarse). Incluso me reuní un día con el presidente (Cevallos) por un tema de Leonardo Campana porque hace tres meses un grupo empresarial italiano quería hacer una propuesta y promoví la reunión. Ahí le dije ‘no tengo ninguna intención (de ser candidato)’. Lo que pasó después lo tomo como una misión de la que no podía hacerme el distraído. Hubo un grupo de socios que trabajaba en la candidatura de Aquiles (Álvarez) que decidió hacerme la propuesta de ser candidato presidencial. Debí analizarla bien porque coincidió con el llamado que me hizo un gran barcelonista al que quiero muchísimo, el doctor Ramón Barredo, que estudiaba su postulación. Pero se dio una reunión y me propusieron que lidere el proyecto. A partir de ahí tampoco tomé la decisión porque yo no quiero estar en Barcelona solo por estar. Estoy aquí por una misión y cada vez que estuve en Barcelona fue para ayudar a construir un Barcelona diferente y creo que este es buen momento. Así que no hubo nada calculado.
Entonces, ¿en qué momento decidió dejar el cargo de vicepresidente deportivo?
No voy a hablar mal de la administración actual. Se sabe que en el 2018 el presidente intentó incursionar en la política y yo no estuve de acuerdo porque eso no era lo que habíamos pregonado desde el principio. Siempre lo discutimos de manera muy respetuosa, cada uno tuvo su postura, pero eso para mí fue algo determinante. La decisión la tomé en el 2018 y la hice pública al final (de campaña), para que nadie me diga lo que varios repiten: que nos bajamos por los resultados. No es así. Esperé la última fecha y anuncié mi renuncia. Mi compromiso es con una campaña limpia y quiero que la gente lo recuerde así.
¿Cómo reaccionó Cevallos cuando le dijo su punto de vista sobre la política?
Discutimos como lo deben hacer dos caballeros, es decir, cara a cara. Nos dijimos todo lo que pensábamos. Tengo personalidad, soy muy crudo y me enseñaron que a las personas que uno aprecia hay que decirles de frente las cosas. Si le gustó o no es problema de él, no estoy para hacer las cosas que le gustan a Cevallos. Las tengo que hacer respecto a mi conciencia. Creo que tomé una decisión correcta y no hay porqué puntualizar algo más allá. Creo que no le gustó (a Cevallos).
¿Por qué se volvió un personaje tan polémico Juan Alfredo Cuentas, vicepresidente financiero?
Él es un gran amigo del presidente (Cevallos). Lo conocí unos meses antes de (que empezara) esta gestión. Después, en campaña, fuimos haciendo una relación. Pienso que Barcelona nos da una exposición mediática para la que hay que estar preparados y para saber sobrellevarla. No lo digo por Cuentas, sino por muchas personas que han pasado por el club. Barcelona te hace ver más guapo, más flaco, alto, hasta las chicas nos ven diferente. Hay que tener equilibrio. En ese punto quizás exponerse mucho es malo. Él (Cuentas) se expuso mucho al hablar de diferentes temas. No tengo ningún tema personal y tampoco estoy para atacarlo.
Cevallos dijo que usted quiso despedir a Guillermo Almada en junio del 2016.
Las decisiones se toman en conjunto, pero la última palabra la toma el presidente de Barcelona, que es el absoluto responsable. Cuando ingresamos (octubre del 2015), con todo derecho teníamos la intención de empezar de cero e incluso lo conversamos con Guillermo. La decisión se tomó en conjunto, pero la final la toma el presidente. (D)