El futuro de Ole Gunnar Solskjaer pende de un hilo. Tras la dolorosa derrota ante el Newcastle en la última jornada de Premier League, el técnico noruego ha visto como su crédito se reducía al mínimo. De hecho, tal y como cuenta hoy el Daily Mail, el nórdico teme que una derrota ante el Liverpool en el próximo compromiso liguero traiga consigo su inmediata destitución.
Aunque le ha respaldado con firmeza hasta la fecha, la directiva comienza a estar muy preocupada por el devenir de un equipo que ha firmado su peor inicio de curso en 30 años y que actualmente se encuentra más cerca de los puestos de descenso (solo dos puntos por encima) que de la zona noble de la tabla (a cinco del cuarto puesto). Por eso, no resulta extraño que el preparador considere el choque ante los reds como su última oportunidad para salvar el cargo y cambiar la peligrosa dinámica.
Por si fuera poco, Solskjaer es ya plenamente consciente de que muchos de sus jugadores han comenzado a perder la fe. Tanto es así que, tras el citado partido ante las urracas, el entrenador se dirigió a ellos y les aseguró que si no se esfuerzan por cumplir sus instrucciones y mejorar su rendimiento, es factible que el siguiente técnico que se haga cargo del equipo no soporte su comportamiento y favorezca su salida del club.
Según relata The Sun, lo que molesta a los futbolistas del United es que el equipo no tenga un plan B y que su estrategia para ganar los partidos se base exclusivamente en tratar de sorprender al rival con contragolpes. Cuando el noruego se hizo con las riendas del equipo, el planteamiento sorprendió a algunos oponentes, pero ahora nadie cae en la trampa...