Reforzar la parcela ancha. Ése es uno de los grandes objetivos que se ha marcado el Real Madrid de cara a futuras ediciones del mercado de fichajes. El pasado verano, los blancos ya trataron de incorporar un nuevo centrocampista, pero las negociaciones con los distintos candidatos no llegaron a buen puerto.
Actualmente, el galo Paul Pogba se mantiene como el gran anhelo de Zinedine Zidane. De hecho, el club no ha dado el paso definitivo para fichar a cualquiera de los otros jugadores que baraja porque su técnico prefiere esperar y apurar las opciones, por mínimas que sean, de reclutar al futbolista del Manchester United. Tal y como explica el diario Marca, si Zizou se mantiene al frente de la nave, los merengues volverán a la carga, de lo contrario, abordarán otras negociaciones, ya que Pogba no es precisamente el medio que más agrada a la directiva.
Entre esas alternativas que maneja la entidad figuran dos clásicos de la rumorología, el danés Christian Eriksen (Tottenham) y holandés Donny van de Beek (Ajax de Ámsterdam). El fichaje del primero resulta muy interesante porque acaba contrato en junio de 2020 y podría, por tanto, aterrizar sin coste alguno en el Santiago Bernabéu el próximo verano o por un coste bajo (unos 25 M€) en el mercado de invierno. El del segundo resultaría algo más caro (entre 55 y 60 M€), pero también asequible de cara a enero.
Completarían el quinteto dos futbolistas en franca progresión: el noruego Martin Ødegaard y el español Fabián Ruiz. El nórdico está aprovechando su cesión en la Real Sociedad para reivindicarse y en Chamartín no descartan anticipar su vuelta antes de cumplir los dos años de préstamo pactados con el cuadro donostiarra. El andaluz, por su parte, se ha erigido en uno de los nuevos puntales del Nápoles y la Selección de España absoluta, motivo por el que la entidad blanca ha decidido estrechar su seguimiento con el objetivo de valorar si el verano que viene merece la pena abordar las oportunas y complicadas conversaciones con su club. «En estos momentos el jugador no tiene cláusula de rescisión y negociar con el presidente del Nápoles, Aurelio de Laurentiis, sería tortuoso y casi una misión imposible», explica el diario.
