Incrementar a 18 los equipos de la serie A en el 2021, después de esta experiencia de 16 clubes en el 2019, hace traumático pensar si estamos listos para ese tipo de competencia. Hay que analizar el nivel de calidad. ¿Cómo garantizan los equipos que ascenderán tener estados económicos estables, altos rendimientos deportivos? Eso es muy difícil en este país.
Hemos visto, con 16 clubes, que hubo varios que querían retirarse antes de terminar la temporada, y que no hubo nivel competitivo suficiente. Pensábamos que máximo doce debían ser los participantes en el campeonato. Aumentar a 18 implica un riesgo muy alto, sobre todo por el interés que puedan tener los aficionados por ir a los estadios y por la debilidad de los clubes que suben para mantener la categoría. La LigaPro ha tomado un riesgo muy alto.
¿Funciona el fair play financiero? Es un serio problema porque los presupuestos que se incorporan como una obligación para planificar el año de cada club, y que son entregados a la LigaPro y la Federación Ecuatoriana de Fútbol, nunca se cumplen. Siempre hay déficit y estos cada vez son mayores.
Hay equipos como Deportivo Cuenca, Olmedo, El Nacional, y otros más importantes, con graves complicaciones económicas. La pregunta es: ¿la ejecución del presupuesto, que debe ser realizable, se da en el país? Van a aumentar competidores, pero se disminuye la inversión. ¿Cómo se hace eso? Hay clubes que deben bajar el 25 % o 30 % de sus presupuestos y para qué? ¿Para que no se sobrepasen o para que cumplan con el presupuesto del año?
Hay un grave problema y es que el balompié ecuatoriano da poco dinero, pero se gasta mucho. Hay sueldos de futbolistas que no corresponden a nuestra sociedad, a nuestro medio. Hay una diferencia entre lo que se puede pagar y lo que se debe pagar y ahí surgen los déficit, que en algunos clubes alcanzan cifras terribles.
¿Ha funcionado el fair play financiero? Es un serio problema porque los presupuestos para planificar el año de cada club, y que se entregan a la LigaPro y la FEF, nunca se cumplen.
La FEF le acaba de entregar la licencia a Barcelona. Preguntado el señor (William) Poveda (titular de la Gerencia de Licencias y Competiciones de la Federación) nos escribe: “Es que hemos revisado el presupuesto del 2018”. ¿Pero si están dando una licencia para competir en el 2020 cómo puede ser que se revisa lo del 2018? Esperen unos días más y vean el ejercicio económico del 2019 para otorgar la licencia. Esos son los riegos que se corren porque el lío serio en el fútbol nacional es de dinero.
Finalmente, me sorprende que Andrea Sotomayor (secretaria del Deporte) vuelva a tocar el tema del Mundial 2030. Ella está mal asesorada, los procesos que mencionó para solicitar la sede no son los correctos.
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La propuesta presidencial (de Lenín Moreno) no tuvo la aceptación de Perú, un país que era fundamental. El Gobierno peruano nunca contestó. Ella habla de reunirse con algunos “compañeros” (de Perú y Colombia), pero no sé si se refiere a funcionarios a nivel de ministerios del Deporte o de presidentes de las federaciones correspondientes, pero a Sotomayor hay que decirle que en este caso es primordial el pronunciamiento de la Conmebol, el organismo rector del fútbol sudamericano.
Ecuador está afiliado a la Conmebol y es esta entidad la que debe dar el aval para que la FIFA resuelva sobre la solicitud. Ya Alejandro Domínguez, presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol, dijo que hay cuatro países seriamente interesados en pedir la sede del Mundial 2030 (Uruguay, Argentina, Chile y Paraguay) y que la Conmebol se inclina por ellos.
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Decir que el procedimiento es ir directamente a la FIFA, creer esa es la vía para solicitar la sede, implica una propuesta que no tendrá eco. Así no se dan las cosas normalmente. Peor si está dividida Sudamérica. Lo que dice es imposible de creer. Hay que hablar francamente o decir que se posterga hasta que los países involucrados estén en condiciones de afrontar el reto de ser sede de un Mundial.
Esa es una tarea enorme y se rige por un cuaderno de cargos que impone la FIFA. Deben cumplirse obligaciones que tienen que ver con aspectos económicos, de seguridad, estabilidad política, organización, etcétera. No sé por qué Sotomayor sacó otra vez este tema, pero hay un error en eso. (O)