Por esas casualidades que tiene la vida, en estos últimos días ocurrieron tres momentos cargados de emociones y todos ellos tuvieron como hilo conductor la participación de nuestro amigo y colega Ricardo Vasconcellos Rosado.
El primer acto fue en el lanzamiento del libro El legendario barrio Orellana, que recoge, ordena y recopila muchas fotografías y testimonios del sector ubicado en el noroeste de la ciudad. Eloy Guerrero, en su intervención, detalló el esfuerzo del consejo editorial en destacar el aporte de los moradores.
Guido Fernández declamó fragmentos de una poesía que decía: “Nuestro barrio fue el mejor del mundo, todos fuimos muy unidos bajo el lema ‘Hermanos para siempre’”. Mario Vargas acopló la canción que decía: “Qué bonito es recordar el barrio en que vivimos, los momentos felices que pasamos, el griterío de los niños, el American Park, el estero Salado...”.
- Frank Maridueña: Caballeros del béisbol que dejaron huellas imborrables
Ricardo, en su turno, describió con detalles la importancia de los barrios en el crecimiento de la ciudad y sus vivencias y el sentido de pertenencia. El legado más notable de los habitantes del barrio Orellana fueron la hermandad y unidad. Muchos vecinos llegaron a ocupar cargos como presidentes o vicepresidentes de la República, magistrados, distinguidos profesionales de varias ramas y figuras en fútbol, boxeo, gimnasia olímpica, básquet, natación, tiro, hockey, atletismo, tenis de mesa, automovilismo, pero en lo que más destacaron fue en el béisbol, deporte que le impuso la impronta del barrio con campeones sudamericanos como Eloy Guerrero, Luciano Chano Martínez. Extraordinarios jugadores como Eduardo Célleri, quien fue el primer pelotero ecuatoriano que sacó jonrón en el Reed Park; Guido y Edwin Fernández, Antulo Vera, Fernando Chino Freire, José Whisky Freire, Atahualpa y Chicho Calderón, Mincho Sorroza, Yoyo Game, entre otros deportistas.
El segundo suceso fue el lanzamiento de la obra titulada Historia de la natación guayaquileña, auspiciada por Omar Quintana y el Club Diana Quintana. El libro revive la rica historia de este ilustre deporte en 340 paginas, escrito por Ricardo Vasconcellos Rosado, conocedor profundo de la natación en el país y por lo cual ya tiene obras como Los Cuatro Mosqueteros del Guayas. Crónica de una hazaña y también Mariuxi Febres-Cordero. La Ondina Dorada.
Intervinieron en el lanzamiento Jorge Delgado Panchana, brillante nadador, bicampeón panamericano, finalista olímpico y recordista mundial, y actual presidente de la Federación Ecuatoriana de Natación; y Héctor Chávez, exdecano de la Facso que describió el perfil investigativo, profesional y honesto de Vasconcellos.
El lanzamiento de dos obras El legendario barrio Orellana e Historia de la natación guayaquileña, y el deceso del caricaturista River fueron momentos de emoción, lágrimas y recuerdos.
El tercer suceso ocurrió en las honras fúnebres del caricaturista River (Washington Rivadeneira). Ricardo estuvo impactado. Se detuvo en varios instantes para respirar profundo y volver a retomar la disertación: “Querido hermano. Este es el minuto de la despedida. Tu esposa, hijos, hermanos y amigos te damos el abrazo que te llevarás a la eternidad. Espero que las lágrimas, contra las que estoy luchando, me permitan expresar estas palabras, no enturbien mi voz y pueda expresar este sentimiento”.
“Si algo aprendimos de ti fue el alto sentido de la amistad, tu nobleza espiritual, tu lealtad sin límite, tu alegría y alto sentido del humor. Por eso estamos aquí compañeros del Colegio Nacional Vicente Rocafuerte, vecinos de Sauces, consocios de Barcelona Astillero, del Colegio de Periodistas, tus seguidores de las caricaturas que creaste en Diario EL UNIVERSO”.
“Fuiste periodista íntegro, intachable, de genialidad muy creativa desde cuando hacías las caricaturas de muchos de nosotros, así como los dibujos de los goles en el programa de Chicken Palacios, cuando recién se iniciaba la televisión en el Ecuador, no había repetición y la gente reconstruía cada jugada”.
“Tuve la fortuna de que nos adoptáramos como hermanos y decidiéramos transitar juntos más de seis décadas en los pasillos y patios vicentinos, entramos casi al mismo tiempo al Diario EL UNIVERSO y nos identificamos en los valores éticos de una profesión hoy encarnecida y maltratada por gente carente de honestidad. Fuiste y seguirás siendo un símbolo de afecto, respeto y admiración que se irán convirtiendo en poco tiempo en leyenda de nuestra profesión. Es imposible no estar triste y buscamos en Dios el consuelo para tanta pena. Tu ausencia nos duele, pero el recuerdo del tiempo vivido a tu lado y las aventuras compartidas siempre nos hacía sonreír”.
- Frank Maridueña: Escándalo por denuncia de supuesto robo de señales
“Te vas para siempre, pero te recordaremos por la forma en que viviste y cambiaste la vida de nosotros. Tu luz resplandecerá en nuestra alma para toda la eternidad. Desde el fondo de mi alma adolorida te pido que te lleves el cariño de mi esposa Elsa, para la que fuiste un hermano, y de mis hijos, para los que eres y serás el querido Wachito, un tío que les llegó por la bondad de Dios”.
“Te pido que te quedes siempre en mi memoria y mi recuerdo. Quédate allí donde nadie te toque, en donde cada vez que te busque pueda encontrarte y en el espacio celeste donde moras no olvides de hacerle un retrato a Nuestro Señor para conocer su rostro divino”.
“¡Adiós, querido River! Prepáranos el recibimiento para cuando nos toque llegar y abrazarnos como lo hicimos cada día de los sesenta y más años que estuvimos juntos”, remató Ricardo su intervención.
Tres momentos cargados de vivencias, recuerdos, anécdotas y lágrimas que tuvieron como denominador común a Vasconcellos Rosado. Serio, documentado y académico en sus intervenciones, esta vez debió hacer varias gambetas a la pena para terminar su participación en las honras fúnebres de River, hermano, amigo y colega. (O)