Es difícil que un luchador logre alcanzar niveles de idolatría. Aunque tenga el físico, la técnica, y los recursos, eso no le garantiza el éxito, pues necesita tener algo que viene de nacimiento, el carisma. Con el carisma, es cuestión de tiempo para que el mismo público se encargue de señalar a sus elegidos, sólo hace falta que los promotores los coloquen en el lugar idóneo.
Pero en la actualidad, aunque muchos elementos de WWE logran estar en ese lugar idóneo y el público ha respondido en consecuencia, WWE simplemente no toma en cuenta esa respuesta y regresa a los aludidos al lugar donde estaban al principio.
Dos de los muchos ejemplos que podemos colocar en esta categoría son Dolph Ziggler y Cesaro. El primero, hace un año fue el héroe de las Survivor Series, mostrando una resistencia tremenda y logrando lo que John Cena no pudo, pero pasando eso, el estoico Ziggler fue regresado a donde estaba. Otro es Cesaro, quien también tuvo su momentum, su idilio con los aficionados, pero WWE se ha encargado de que la Cesaro Section vaya quedando en el olvido.
Por supuesto que muchas grandes estrellas del pasado, que de esto de la lucha seguramente saben mucho más que los creativos, se han manifestado de manera crítica. Uno de ellos es Ric Flair, a través de su podcast: WOOOOO! Nation:
Sobre Dolph Ziggler:
“¿Tendrá alguna vez la oportunidad de luchar en el evento estelar de WrestleMania? No lo sé. Espero que sí, porque tiene el talento, pero simplemente parece que una semana lo apoyan y la siguiente no”.
Sobre Cesaro:
“¿Quién lleva más a la mesa que Cesaro, si lo que buscas es habilidad real? ¡Nadie! Quiero decir, ¡ese chico es fenomenal! Pero es lo mismo, una semana está arriba y la siguiente abajo, y ése es el problema.
“Es cierto que tiene problemas con el micrófono, pero eso se pueden resolver. ¡Pónganme como su manager! Yo sé cómo resolver el problema con el micrófono, ¡sólo marquen 9-1-1-Naitch!”.