El show que preparó Barcelona para presentar su plantilla 2020 fue un acontecimiento difícil de olvidar. La organización se lució, las luces láser que delinearon el escenario, los fuegos artificiales que decoraron el cielo del Monumental, los artistas que le cantaron al Ídolo, toda una hinchada que repletó el estadio, los presentadores que condujeron el evento, estuvieron a la altura de las circunstancias.
Para quienes no asistieron al estadio –con una cancha excelente–, hubo una transmisión de GolTV de gran nivel. En cuanto a los aplausos para los jugadores en su presentación, una cosa aparte fueron las ovaciones a Matías Oyola y Damián Díaz.
El invitado Alessandro del Piero, una figura mundialista, desató la emoción del Astillero. Hubo lágrimas de la cantante colombiana Greeicy al saber que el aspecto técnico-musical no hacía sinergia con su cantar y, además, se jugó un partido con Delfín, actual campeón de nuestro fútbol, que tuvo una muy buena presentación... hasta que llegó la imagen dramática de una pareja romántica, que decidió interrumpir sus escenas de amorío, porque la pantalla gigante testimoniaba esa relación tan sentida sirvió para descubrir un romance prohibido.
La improvisada Kisscam captó la infidelidad y a su protagonista, que la jerga común bautizó como El soldado caído de la Noche Amarilla. El tierno beso terminó revelando que era un beso prohibido que se viralizó. Fue tal su sorpresa al verse en la pantalla gigante, que súbitamente soltó a su chica y en un acto instintivo, sus labios demostraron su incomodidad como diciendo “la casita, o la cag…”, que sé yo.
Para analizar la reacción no se necesita ser experto, solo suponer que la Noche Amarilla se le hizo negra. Luego ese tema se hizo tendencia; hasta el grupo musical Los Intrépidos, en el intermedio, le dedicó unos minutos de solidaridad al Soldado caído y le interpretaron su éxito Soltero, dándole una estocada a esa relación camuflada. La imagen generó un video que los cibernautas viralizaron.
El enganche emocional y la entrega de labios terminó descubriendo una aventura sentimental que ha provocado una avalancha de opiniones sobre la fidelidad y sobre la intimidad. Cada cual con sus teorías, tendencias y también argumentos jurídicos hacen de un tema, que tenía los rasgos de una travesura de dos jóvenes, un complejo suceso apreciativo. Sobre la fidelidad, se han escrito libros y guiones, de aquello se inspiran telenovelas y películas. Sobre la intimidad hay extensos tratados, leyes, constituciones que intentan ampararla, pero ya hemos visto que el desarrollo de la tecnología en el uso de redes sociales convierte en caducas muchas de esas leyes cuando son recién promulgadas.
Hoy han tomado vuelo artículos científicos que han estudiado los estados de la infidelidad. En dichas explicaciones se incluye la genética, que asegura que existen genes si predisponen, en mayor o menor grado, a la fidelidad. El científico español David Bueno confirma que el Axpri es el gen que produce la neurohormona, que es la que puede dar o quitar las opciones de ser fiel.
¿Cuál es el valor del bien jurídico sobre la violación y el derecho a la intimidad? Considerándola como un espacio de la privacidad, toda sociedad organizada debe protegerla, entratándose de la zona espiritual y reservada de una persona. Hay criterios legalistas que sobreponen lo escrito cuando la intimidad personal es violada al utilizarse para ello procesos técnicos u otros medios. Así transforman lo privado, lo íntimo, en público. Sea que para hacerlo se utilicen redes sociales o cualquier otro medio de difusión masiva, sostienen que termina constituyendo un delito.
El convenio de San José de 1969, sobre derechos humanos, considera a lo que se llama ‘vida privada’ como el derecho que tienen las personas a la protección de la ley contra las injerencias o ataques a su privacidad.
Lo que sí está claro es que en la era digital de nuevas tecnologías de comunicación, que se manifiesta a través de diversas redes sociales, ha hecho reconsiderar la naturaleza de la vida pública y los bordes de la privacidad. La visibilidad mediática se ha modificado vertiginosamente y el control y capacidad de exposición pública produce aquella exposición notoria, convirtiéndonos, ipso facto, en sujetos sometidos a esa visibilidad.
La página digital de la revista Vistazo publicó el 20 de enero pasado, que actualmente Ecuador no cuenta con una ley de protección de imagen y voz que ampare a quienes son afectados por la viralización de contenidos sin su autorización. Menciona que Flavio Arosemena, especialista en propiedad intelectual, ha presentado un proyecto de ley a la Asamblea Nacional que trata estos temas y las posibles acciones. Por ejemplo, cómo se podría resarcir por los daños a un afectado. Esa propuesta, como muchas otras, corre la suerte de sufrir la inacción consuetudinaria. Por situaciones así, no previstas en la ley, El soldado caído y su compañera han sido sujetos de los más graciosos memes que invocan la audaz aventura de la Noche Amarilla.
¿Cuánto afectó la reputación de los involucrados, su imagen, su futuro? Nadie lo sabe. ¿Cuánto pude afectar a una esposa, a los hijos? Tampoco lo sabremos. Consultado el abogado Carlos Luis Sánchez, sobre el caso que alborotó el morbo, nos dijo: “Dados los avances tecnológicos actuales, quien acuda a un evento público debe asumir que puede aparecer en un video o fotografía de este evento y debe actuar en consecuencia, por elemental responsabilidad. La utilización no es a priori ilegal, como sin duda sí lo es la difusión de la información personal de los intervinientes y su entorno, si estos afectan la imagen, honor o buen nombre, como lo garantiza la Constitución”.
Seguramente El soldado caído, como apodan al joven enfocado por la cámara indiscreta, hizo levantar el rating de programas de televisión, incrementó los seguidores en la cuenta de las redes sociales porque la escena en cuestión dio para ello, sin ninguna duda. Pero la otra cara de la moneda muestra aspectos colaterales para la evaluación, como son el legal, el familiar y no pudo evitar incluir el científico, que posiblemente sirva para justificar de su aventura, si es que invocara “es que no lo puedo evitar, lo llevo en los genes”.
El seductor barcelonista estaba convencido de que una de las audacias más importantes era demostrar que la causa es más divertida que la imprudencia e inspirado por ese principio controvertido decidió lanzarse en los brazos de la libertad condicional. Más pudo el entusiasmo de su despreocupación y el desparpajo al abrazarla tiernamente y acercarle un beso, se desvaneció cuando su ‘obra maestra’ se expuso al mundo. Su amor clandestino y el beso prohibido fueron exhibidos.
Es importante que se promueva en el país una cultura de reparación de daños como una manera de inculcar conciencia en la sociedad y para crear precedentes. Pero es indispensable señalar que si alguien va a un evento público masivo es imposible alegar que una persona deba dar su consentimiento o su autorización para que se lo muestre públicamente en una imagen tomada en el escenario.
No se puede alegar derecho a la intimidad, ni protección de la imagen ante la decisión temeraria de ir a la Noche Amarilla, bien acompañado, y apasionarse a la vista y paciencia de todo el mundo. (O)
“Sí es ilegal la difusión de la información personal de los intervinientes y su entorno, si estos afectan la imagen, honor o buen nombre”, nos explica el abogado Carlos Luis Sánchez".