Al llegar nos recibió con una sonrisa y un buen tereré. Está contento, está contenido, está feliz.
Es que tras una carrera de futbolista que lo tuvo entre los mejores del continente, como el referente de la Selección Nacional y que se cortó abruptamente con ese traicionero disparo en la cabeza que lo tuvo al borde de la muerte, el seguir con vida, es como lo califica su madre Basilia: “Un regalo de Dios”.
“Hasta el momento no sabemos por qué ocurrió, pero pasó, y ahora estamos disfrutando de él día a día. Sabemos que los planes de Dios son por algo, pero tenerlo vivo es lo mejor que nos pudo pasar”, comenta doña Basilia que es muy creyente, entre la charla del tereré en la sala y la cocina donde prepara el almuerzo.
Don Dionisio, el padre de Salvador, es un hombre muy humilde, al cual el agradecer lo tiene siempre presente. Es que Salvador pasó por muchas cosas en sus 40 años de vida. Desde salir de las escuelas de fútbol, llegar al profesionalismo, el estrellato y el volver a la vida.
“Fue un trabajo largo de recuperación, algo que emprendimos con su mamá y yo. Fue un renacer de él”, apuntó don Dionisio.
El soporte. Los padres, los hermanos, los sobrinos y los hijos fueron los que estuvieron ahí, siempre, para levantar al Mariscal, cuando los focos de las cámaras y los flashes desaparecieron.
“No se me olvida que los jugadores que estuvieron jugando en México en ese tiempo hicieron guardia en el hospital y siempre nos apoyaron”, recuerda doña Basilia, en lo que fue la recuperación del Chava. Don Dionisio menciona un nombre en particular, Víctor Aponte, un amigo cercano a la familia que estuvo tanto para llevar a Salvador a las escuelas de fútbol en San Lorenzo en sus inicios y ayudó en la recuperación de Salvador cuando volvió a Paraguay.
Es que el núcleo familiar fue la contención y refugio de Cabañas en los peores momentos y fue lo que lo mantuvo con vida.
“Siempre les agradeceré a mis padres, están en todo, gracias a ellos estamos muy bien. Hay que pensar en la vida, no se puede andar pensando siempre en el dinero”, deja como enseñanza Salvador, que apunta directamente al dinero y la ambición entre los responsables de lo que le ocurrió en ese local nocturno hace 10 años.
Enseñanza. Reflexivo, Cabañas deja su consejo: “Hay que disfrutar de la vida, la compañía de la familia, ser agradecido y como profesional, cuidarse. Es un ejemplo ver a Santa Cruz (Roque) y Haedo (Nelson), que son futbolistas ejemplares. Los jóvenes que empiezan esta carrera de sacrificio deben mirarlos y aprender, no hacer como yo que estaba de farra y me pasó eso”, reseña el eterno 10 que tendrá la Selección Nacional, bajo la tranquilidad del árbol de mango y con tras un sorbo de un sabroso tereré.
Salvador volvió a renacer y disfruta de la vida, a 10 años del atentado.
Salvador perdonó y pasó la página
Salvador Cabañas dio vuelta la página con respecto a lo que ocurrió con su ex señora y su ex agente.
La causa judicial que tiene con José M. González está en su fase final y aguarda el accionar de la Justicia, mientras que con María Logia tienen la relación cercana por sus dos hijos, a los que Salvador ve muy seguido. “La nena sigue con todo con el ballet y el nene está pensando en la universidad”, comentó a ÚH.
Sobre lo ocurrido en México, perdonó al sicario que le disparó, y a los culpables de lo sucedido. Solo quiere tranquilidad en su vida en Itauguá.