Algo más de un mes después, Gareth Bale volvió a ser titular en un partido de Liga. Tras superar la enésima lesión, el atacante formó parte del once inicial del Real Madrid en su visita al siempre complicado campo de Osasuna. Aunque la ocasión se antojaba idónea para que diese un golpe sobre la mesa, el jugador no terminó de implicarse y dejó escapar la oportunidad.
Tal y como recoge el diario As, el atacante se mostró bastante apático, hasta el punto de no firmar ni un regate y de perder un total de 14 balones (el que más de su equipo). Su única aportación ofensiva fueron un par de disparos que no lograron inquietar a Sergio Herrera. No es extraño, por tanto, que en el 70, Zinedine Zidane optase por enviarle al banquillo.
Eso sí, al término del encuentro, el preparador merengue volvió a exhibir su capacidad de apagafuegos y se mostró muy contundente ante quienes le cuestionaban por el bajo rendimiento del galés. «Es un jugador importante. Ha hecho 65 minutos buenos ofensivamente y defensivamente, lo ha intentado. Es un jugador importante, el problema es que quieren que nosotros tengamos un problema con Gareth, pero no lo tenemos. Hay muchos jugadores, no es fácil gestionar todo eso, pero al final es un jugador importantísimo y poco a poco va a seguir jugando como los demás», aseveró.
Eso sí, una cosa son las palabras y otra muy distinta los hechos. Y es que, parece claro que, salvo que el futbolista dé un paso al frente, Zizou le otorgará un papel más bien secundario en lo que resta de temporada. Y si el británico juega poco, lo lógico es que los rumores sobre un posible cambio de aires, los mismos que llevan persiguiéndole desde que arrancó el curso, repunten considerablemente a medida que nos acerquemos al fin de la campaña.