Luqueño sufrió más de lo previsto para rescatar una igualdad a dos goles en el estadio Luis Alfonso Giagni por la vuelta de la primera fase del certamen internacional frente a Mineiros de Venezuela.
Con un global de 5-4, el Sportivo inscribió su nombre en la siguiente instancia de la Copa Sudamericana. Gustavo Noguera y Paulo Lima anotaron a favor del equipo paraguayo.
EL PARTIDO. El equipo de Celso Ayala empezó a remar contra la corriente muy temprano con un 0-2 en el marcador. Fueron dos minutos fatídicos. La ventaja lograda en Venezuela (2-3) y la clasificación ya se habían esfumado temporalmente antes del cierre del primer cuarto.
Conste que el elenco paraguayo tuvo ocasiones grandes y seguidas para meter el puñetazo en el rostro de Mineros. A los 8, Bas Díaz puso un remate cerca del palo y tras una mala salida del portero Edixson González, Isidro Pitta dejó pasar en dos oportunidades la canche de marcar.
La respuesta del cuadro visitante fue letal. Richard Blanco incursionó de forma veloz por el lado derecho y sirvió el gol a Mynor Escoe para reforzar la ilusión (10 m). No salía aun de su estupor el Auriazul cuando recibió el segundo golpazo en su cuerpo con un autogol de Paulo Lima (12 m).
Con el 0-2, hubo desconcierto en el Chanchón. Fue hacia terreno rival, aunque las ideas no fueron claras. Debió esperar muchos giros de reloj para recuperar dosis de confianza. Lo hizo en el tramo final del primer tiempo y logró descontar antes del descanso por intermedio de Gustavo Noguera (36 m).
En el complemento, Chito Ayala recompuso las líneas y buscó la paridad con más orden. Pasando la hora del compromiso, el Sportivo Luqueño consiguió el empate en lo que fue un resarcimiento personal de Lima al mandar a la red el gol con un potente disparo a los 69 minutos.
Con el marcador, y la necesidad de Mineros, el elenco de la República encontró espacios para las corridas de Yeiber Murillo y Valdeci Moreira, aunque no pudo sentenciar con otra anotación.
El encuentro fue vivaz y trepidante en el escenario de Sol de América. También hubo momentos de tensión debido a que el rival nunca tiró la toalla en Villa Elisa y hasta estuvo cerca de llevar la definición hasta la tanda de los penales.