Lo que parecía ser sólo la pelea semi estelar terminó por llevarse los reflectores de la noche, )aun antes de saber el resultado de la pelea estelar, donde “Canelo” Álvarez se llevaría el triunfo de manera unánime.
Pues bien, Takashi Miura, japonés, poseedor de una zurda peligrosísima y ya con un buen estudio de campo del estilo mexicano, con experiencia de triunfo sobre cinco de ellos, enfrentó al “Bandido” Vargas, un hombre que puso al filo del retiro al una vez famoso Juan Manuel López, aquel campeón boricua que parecía ser el sucesor de Miguel Cotto, pero que al final el castigo acumulado le pasó factura.
Pues bien, el “Bandido” tenía bien planteada la estrategia y más aún, el pensamiento de ser el primer mexicano en vencer al ya conocido como “matamexicanos” pues a cuatro los mandó a la lona y a uno de ellos lo venció por amplia decisión unánime. Pero la ambición y corazón de Vargas fueron más poderosos que ese antecedente, muy pesado.
Pesado igual que la zurda de Miura, misma que se estrelló en múltiples ocasiones en el cuerpo y cara de Vargas. Vargas sabía que era casi suicida buscar pegarle en corto al japonés por la mano pesada que tiene. Pero aún con el japonés dominando gran parte del encuentro, Vargas no dejó de lanzar golpes a la cara principalmente, porque en cuerpo de Miura parecía resistir el golpeo abajo, pero arriba sí resentía el japonés. Vargas también puso especial cuidado en los golpes abajo, porque sí lo cimbraron demasiado.
Sumando además que Vargas peleó la mayor parte del combate con un corte en el ojo derecho, producto de un cabezazo.
Regresamos al punto donde Miura castigaba a Vargas y que las ráfagas del mexicano eran intermitentes, cuando de un zurdazo, Takashi mandó a Francisco a la lona en el cuarto round de la pelea. Vargas se levantó rápido, negándose a bajar los brazos con todo y que corría el riesgo de que le pararan la pelea porque tras cada round su ojo lucía cerrado.
Por varios rounds era Vargas contra la adversidad que le llegaba de los puños del japonés, aunque realmente nunca dejó de atacar.
Sin embargo, la alarma sonó en el noveno, cuando Vargas salió revolucionado y con un cambio de actitud enorme, con más ferocidad, como si fuera la última oportunidad de ganar (y vaya, si no la última de las pocas, porque la pelea se acababa) y salió a ganar con todo lo que llevaba. Una serie de golpes directos en la cara de Miura mandaron al japonés a la lona. Miura cayó descompuesto y se arrastró a las cuerdas para levantarse como por resorte, pero sólo para ser la diana de la práctica de tiro de Vargas, que fue todo precisión a la hora de conectar en la cabeza al campeón. Miura respondió, pero no estuvo cerca de pegarle al “Bandido”.
Pocos segundos se mantuvo el castigo porque el réferi intervino para detener la pelea y de esa manera, automáticamente Vargas se convirtió en el campeón de peso súper pluma del Consejo Mundial de Boxeo.