Marcos Mondaini, histórico jugador de Emelec y actualmente elemento de Guayaquil City, se encuentra en el país realizando la cuarentena obligatoria por la pandemia causada por el COVID-19. El argentino-ecuatoriano contó en una entrevista con EL UNIVERSO vía Instagram Live que se mantiene realizando los trabajos físicos que el cuerpo técnico encabezado por Pool Gavilánez le asignan a cada uno de los jugadores durante la para obligatoria.
Además, contó varias anécdotas de su feliz paso por el elenco millonario y su capítulo defendiendo a Barcelona. El futbolista de 35 años se considera una persona “identificada con Emelec” y recuerda con mucho cariño el tricampeonato conseguido entre 2013 y 2015; sobre todo, el título de la temporada 2014, cuando vencieron 3-0 a los canarios en el Capwell con una soberbia actuación de Miller Bolaños y Ángel Mena.
¿Cómo fueron sus meses iniciales en Ecuador, cuando arribó en el 2006?
Llegué muy joven (21 años) junto con Luis (Escalada). Ambos teníamos mucha ilusión y ganas de demostrar nuestra capacidad. Hicimos una amistad en Ecuador que hasta ahora mantenemos.
¿Sabía que venía a un club con líos económicos?
Sí, sabía que llegaba a un club muy grande, pero que estaba atravesando esos problemas. Nos dijeron la verdad antes de venir y aceptamos el desafío. Estábamos ilusionados por jugar en un club importante.
Ese año Emelec no era favorito, pero estuvo cerca de ser campeón del 2006.
No pensábamos tanto en eso (el título). Nos decían que era un equipo que debía pelear ese año por no descender. Pero conforme fueron pasando los entrenamientos nos dimos cuenta de que había grandes jugadores y al final nos faltó un poquito para coronarnos.
¿Por qué no se quedó en 2007, es verdad que estuvo cerca de arreglar?
Yo vine sin opción de compra y Boca quería que me quedara ese año (en Emelec). Sinceramente solo hubo más ganas (de él por renovar) que hechos reales. Me fui a Buenos Aires y allá tuve una sola charla con un dirigente de Boca que fue muy claro conmigo y, a partir de ahí, se cortaron las esperanzas (iba a tener pocas oportunidades de alinear).
¿Cómo fue estar en un equipo de Boca campeón de Copa Libertadores?
Tengo buenos recuerdos de ese plantel del 2007. Tenía mucha jerarquía, a pesar de que me habría gustado tener más minutos ese año.
¿Qué lo llevó a firmar con Barcelona en el 2008?
Había hecho campaña para un grupo que peleaba por las elecciones (presidenciales boquenses) y cuando ganaron no me llamaron. Eso me frustró un poco porque tenía ganas de continuar, pero sabía que en Boca no iba a tener minutos y se dio la opción de venir a Barcelona.
En el primer clásico del 2008 a usted le invalidaron una acción de gol contra Emelec en el Capwell, ¿qué pasó por su cabeza ante la posibilidad de anotarle al club donde había brillado?
La verdad, vi la pelota muy cerca, pero quería hacer gol.
¿Era realmente inmanejable ese Barcelona del 2008?
Era un plantel con jugadores de mucha jerarquía, pero nunca llegamos a ser un equipo como tal. Había nombres sueltos, pero al no formarse como un equipo nos pasó factura. Eso es algo que suele pasar en todos los clubes del mundo. El grupo era bueno, pero no funcionamos dentro de la cancha.
¿Qué diferencias encontró entre jugar en Emelec y en Barcelona, dos clubes de gran popularidad?
Yo estoy muy identificado con Emelec. No sería imparcial si diera una opinión sobre eso, pero puedo decir que son dos equipos grandes que llevan mucha gente a los estadios. Esto lo digo porque lo viví durante varios años: la gente de Emelec es increíble y es algo que repito siempre.
¿Pensó que podría darse una reacción negativa de la hinchada de Emelec cuando volvió en 2012?
Sí, y lo habría entendido, pero dependía de mí cambiar esa imagen y la única manera de hacerlo era en la cancha: jugando bien y tratando conseguir cosas importantes.
¿Fue clave la permanencia de Gustavo Quinteros para conseguir los títulos de 2013 y 2014? Tras perder por goleada un clásico del 2012 muchos pedían que fuera destituido.
Para mí habría sido un error que se vaya porque venía haciendo las cosas muy bien, pero lamentablemente nos tocó perder ese clásico. Pero ahí, en esa situación, se ve la mano y la importancia de tener un presidente como Nassib (Neme), que no solo lo respaldó a Quinteros en ese momento, sino que le dio mucha más confianza.
En el 2014 jugaron la llamada ‘final del siglo’ contra Barcelona. Emelec no pudo ser campeón directo porque los toreros ganaron la segunda fase. ¿Cómo lo tomaron?
Cuando se estableció que el rival era Barcelona, siempre estuvimos tranquilos porque teníamos un buen equipo. Había mucha confianza y teníamos la sensación de que si no pasaba nada raro, el campeonato era nuestro.
¿Cuál fue el DT que más lo marcó?
No puedo decir uno solo pero ahí están Gustavo Quinteros, Omar De Felippe también. De todos los entrenadores se aprende algo.
¿Cuál es el gol que más recuerda?
El del Clásico del Astillero que ganamos 3-0 en el estadio Monumental (el 12 de febrero. Escalada hizo un doblete y al día siguiente, desde España, Isidro Romero renunció a la presidencia de Barcelona). La gente también me lo recuerda.
¿Volvería a Emelec como entrenador o directivo?
Sí, en algún momento. No sé cuándo porque estoy jugando todavía pero en el futuro sí me gustaría.
(D)