El futbol mexicano tratará de jugar lo más pronto que pueda y para ello se analizan diferentes planes y logísticas. La verdadera disyuntiva está vertida sobre si cuando sea momento de regresar, lo hará para completar el Clausura 2020 o iniciar, aunque sea anticipadamente, el Apertura 2020. Los clubes que apoyan la postura de anular el campeonato que comenzó en enero aducen que la situación del país es complicada y que los calendarios estarán muy saturados para el segundo semestre del año. Hay otros que quieren reanudar con la conclusión del Clausura 2020 y jugar una liguilla para sacar al campeón.
SAN DIEGO, California.- Lo primero que tendríamos que entender es que el futbol en México volverá cuando pueda volver, sin importar la decisión de los dueños de equipos de este viernes. La polémica está enfocada en si debe completarse el Clausura 2020 o si hay que darle paso al siguiente torneo.
Ambos pensamientos parecen tener razones validas, siendo el principal problema para tratar de “salvar” las 10 fechas que se han jugado y no tirarlas a la basura es el tiempo y los calendarios.
Una postura optimista indica que se podría volver a entrenar en junio y que, tras una breve pretemporada, el balón rodaría en juegos oficiales en la segunda quincena de julio. De ahí, jugando fechas dobles, es decir cada tercer día, poniendo el riesgo al futbolista con el poco rodaje que ha tenido, se terminaría, incluyendo liguilla y final, a mediados de septiembre. Después, en octubre, habría que reiniciar el futbol con el Apertura 2020, y en solo tres meses jugar 17 fechas y una liguilla y acomodar una fecha FIFA de selecciones que el organismo rector del futbol ha dispuesto para la primera semana de diciembre. El calendario es un auténtico galimatías.
Pero hay clubes que quieren terminar a como de lugar el Clausura 2020, lo cual parece lógico y sobre todo justo.
El otro asunto tiene que ver con la logística en cuanto el futbol tenga “luz verde” para volver. Lo primero que está descartado -lo mas peligrosos de un espectáculo masivo- es el aficionado. Hay que buscar entonces, los métodos para movilizar a casi 400 futbolistas con una logística que, primero y ante que nada, garantice la salud de los participantes -además de jugadores, entrenadores, preparadores, médicos, utileros, oficiales y árbitros-. Para ello, el futbol depende del “semáforo” que han impuesto las autoridades. Hay algunas ciudades que hoy están en verde, pero nadie puede pronosticar el escenario ahí una vez que se liberen las actividades. No se descarta ningún plan, ni siquiera el de jugar a una sede, o varias que tengan cercanía geográfica y sobre todo una buena situación en cuanto al tema de la pandemia.
Los temas económicos son otro punto a tomar en cuenta. Algunos de los patrocinadores se han retirado, otros han anunciado que entrarán un proceso de bancarrota y algunos más han podido sostenerse. ¿Aficionados? Aficionados no habrá en un buen tiempo. Y el tema de los derechos de TV se negocian por separado. Cada club está ante una situación diferente. El futbol mexicano entiende hoy, más que nunca, de la importancia y la necesidad de tener un contrato colectivo de televisión. Hoy, todos los clubes, en mayor o menor grado, estarían protegidos ante la inevitable recesión. Siempre se ha podido más en equipo. Los intereses de unos cuantos lo han evitado. Y los contratos de los jugadores se están negociando con una reducción en su salario que ellos deben entender. Aquellos que no lo hagan, podrán inconformarse y reclamar a través los lineamientos que la FIFA y la Federación Mexicana de Futbol tienen para esos casos.
El futbol en México volverá cuando tenga que volver y en ello están de acuerdo todos los clubes. Se pondrán de acuerdo en los planes logísticos. Lo que estará bajo votación es si se hace con el Clausura 2020, completar las siete fechas o jugar una liguilla directa o de plano se anula y se comienza por adelantado con el Apertura 2020. He ahí el dilema. Pero el futbol en México volverá lo más rápido que pueda volver…