Entre 1960 y 1970, en su periodo con la divisa de Peñarol, Alberto Spencer Herrera estuvo en el radar de importantes clubes del fútbol europeo. Lejos de su natal, Ancón, el artillero ecuatoriano marcó para el cuadro uruguayo 343 goles en partidos oficiales, y entre sus víctimas estuvieron el Real Madrid de Alfredo Di Stéfano y el Benfica de Eusebio, así como el Santos FC de Pelé.
Antes de su retorno al Ecuador en 1971 contratado por Barcelona SC, Spencer fue buscado por el Estrella Roja de Belgrado, club serbio que por ese entonces competía en Yugoslavia. Sin embargo, Cabeza Mágica, tenía un compromiso de regresar a su tierra después de una década exhibiendo su calidad de goleador en canchas uruguayas. Así lo narra su hijo menor, Walter Spencer (49 años), desde Montevideo, en Instagram Live.
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"De que yo vi cartas o documentos, o algo por el estilo, mi padre tuvo ofertas del primero del Real Madrid, luego el AC Milan, y el Estrella Roja ya al final de su carrera", dijo Walter, quien también tiene un hijo futbolista que vistió la camiseta de Peñarol en las divisiones formativas del 'Manya'.
"El Milan fue muy insistente", precisa.
"Cuando estaba en esas de '¿Qué hago? ¿Me voy de Peñarol?', ahí apareció de la nada Galo Roggiero (en ese entonces presidente de Barcelona SC) y lo terminó convenciendo y le dijo: Tú te tienes que venir para el Ecuador. Quizás ahí podría haber ido al Estrella Roja", indica.
Spencer con Peñarol, fue campeón de la Copa Libertadores en 1960, 1961 y 1966; es el máximo artillero de la Libertadores con 54 goles, 48 para Peñarol y 6 para el Barcelona SC. Logró con Peñarol la Copa Intercontinental dos veces: 1961 (venció a Benfica) y 1966 (derrotó a Real Madrid), y es el segundo goleador de esta Copa con 6 tantos, superado solo por Pelé que hizo 7.
"Era una época de otro fútbol, que no quiere decir que mi papá no haya tenido la suerte de hacer muchísimo dinero para lo que era aquella época (...). Mi padre tuvo suerte de que en el fútbol, más o menos, le fue bien; pero también estaba eso del amor propio y el cariño con tus raíces o con quien sentías que tenías un compromiso. Digamos, él era aficionado de la selección de Ecuador y Peñarol", continúa el hijo menor del gran Alberto Spencer.
Y finaliza Walter: "Me acuerdo que al Milan le terminaron diciendo que si quería venir un jugador de ellos a jugar en Peñarol. O sea, les respondían tomándole el pelo. 'No. Yo qué voy a ir para allá (a Italia). Si quieren venir alguno de ustedes, me avisan. Con gusto los presento'". (D)