Lev Yashin nació en Moscú el 22 de octubre de 1929. Se conoce que su amor por el fútbol surge por la filmación de la película El Portero, basada en la novela del escritor soviético Lev Kassil, donde el pequeño Lev Yashin, con apenas siete años de edad, aparece en la pantalla del cine. Cuando tenía 11 años comenzó a vivir las angustias de la Segunda Guerra Mundial y la ofensiva alemana; a sus padres, al saber que el ejército invasor estaba a menos de 70 kilómetros de Moscú, los obligaron a evacuar y terminaron refugiándose en Ulianovsk, ciudad ubicada a 900 kilómetros de la capital.
Años después Yashin se incorporó al servicio militar, donde alcanzó el grado de coronel. En el ejército destacaba en los arcos del fútbol y en 1949 fichó por el Dínamo de Moscú, pero él se declaraba sobre todo obrero; de eso se aprovechó el régimen soviético para, a través del futbolista, concienciar al pueblo sobre que los verdaderos héroes surgían de las entrañas del proletariado. Hay que recordar que los deportistas soviéticos tenían un régimen especial en cuanto a sus ingresos económicos para la supervivencia familiar.
Se dice que luego de ganar el Campeonato Europeo de 1960, en París, en plena celebración de la selección de la URSS es un restaurante del centro de la ciudad, ingresó Santiago Bernabéu y se le acercó a Yashin para proponerle contratarlo para el Real Madrid. Era tal la ilusión del presidente del equipo español que le ofreció un cheque en blanco a 'la Araña Negra' y así convencerlo de que se incorpore lo más pronto al club merengue. A Yashin solo quedó agradecer por tan tentadora propuesta, pero le contestó: "Estoy contento de vivir y servir a mi país”. Las excusas del arquero en el fondo tenían lógica, entendiendo que en esa época, el régimen socialista debía autorizar su salida y toda su remuneración debía ingresar a las arcas del Comité Central del Partido Comunista. Sobre el tema su hija Irina declaraba: “Hizo lo adecuado para la época”, porque la KGB seguramente se hubiera encargado en desprestigiarlo.
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Lo reconocían como 'la Araña Negra' porque con sus largos brazos, su agilidad y habilidad cubría los espacios del arco. Su virtud era llegar a balones que llevaban aroma de red o cortar centros al área, aspectos en los hacía privilegiar su 1,89 m de estatura. Su estilo era inédito para la época: jugaba mucho con los pies y participaba frecuentemente del juego con sus defensores. Yashin fue un especialista en tapar penales; las estadísticas mencionan que detuvo 147 en su carrera. Pero también se comenta que se lo conocía como 'Araña Negra' por su vestimenta impecable, siempre vestido de negro, incluyendo su tradicional boina y los guantes del mismo color, implementos estos últimos que fueron una novedad cuando los utilizó en el Mundial de Suecia 1958.
Entre sus logros más importantes destacan ganar los Juegos Olímpicos de 1956, el Campeonato Europeo de 1960, el Balón de Oro al mejor futbolista europeo en 1963 -único arquero que ganó ese premio-, la obtención de cinco ligas rusas con el Dínamo de Moscú y la condecoración con la Orden Lenin en 1968. Se lo reconoce también por haber jugado cuatro veces la Copa del Mundo, estuvo en la alineación ideal del mundial en 1958 y en 1966, le erigieron una estatua en las afueras del estadio del Dínamo de Moscú. También ocupó la dirección del Comité de Deportes de la URSS y la FIFA y la Federación Internacional de Historia y Estadística lo declaró el mejor arquero de la historia de las Copa Mundo. Hoy, el trofeo FIFA al mejor arquero lleva su nombre.
Entre sus vicios, el cigarrillo, que conllevó consecuencias en sus últimos años de vida. Su costumbre era, antes de cada partido, fumarse un cigarro y tomar una copa de vodka.
Entre sus vicios, el cigarrillo, que convelló consecuencias que sufrió en sus últimos años de vida. Su costumbre era, antes de cada partido, fumarse un cigarro y tomar una copa de vodka. Según Yashin, así estabilizaba sus emociones y activaba sus energías.
Como le sucede a los grandes, también los héroes tienen sus días adversos y Yashin lo tuvo en el Mundial de Chile 1962. Fue duramente criticado por dos jugadas: el tanto que el colombiano Marcos Coll le anotó y que hasta el momento es el único gol olímpico que anotado en un Mundial. Y el gol chileno que significó la victoria 2-1 del equipo anfitrión, con un tiro libre que dejó estático al famoso Yashin en cuartos de final de la Copa del Mundo de 1962. La prensa soviética lo acusó de ser el responsable de la eliminación. En un documento lleno de historia, firmado por Lev Yashin cuando ocupaba la dirección del Comité de Deportes de la URSS, expresaba: "Es agradable mirar hacia el pasado. Esos momentos de gloria de los Juegos Olímpicos de 1956 y la Copa de Europa de 1960 fueron borrados por el Mundial de Chile; fue un dolor, ya que sentí que el cariño del pueblo se escapaba, pero siempre fui protegido por algo superior”.
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Seguramente se refería a la gran campaña de 1963, cuando fue convocado por la FIFA para que juegue el denominado Partido del Siglo entre la selección inglesa y el resto del mundo, en Wembley. Ante un estadio repleto y con la novedad que el encuentro iba a ser transmitido por la TV a Europa, toda la URSS lo pudo observar en su magnífica actuación. Al volver fue recibido como un héroe; en el aeropuerto de Moscú se encontró con el periodista que lo había criticado severamente por su actuación en Chile. Fue tan doloroso para Yashin recordar ese artículo en el que el periodista hacía entender que su mal desempeño se debía a que además de fumarse el cigarro se había tomado varios tragos de vodka de más. Al reconocer Yashin al periodista, a su vuelta triunfal de Londres, se le acercó y le dijo: “No te inquietes, porque nunca hay que renunciar a la libertad de equivocarse”.
Todo un acontecimiento en Guayaquil
Como sucedía muy a menudo en Guayaquil, grandes equipos visitaban nuestra ciudad en la década de los 60. Llegó el Dínamo de Yashin el 27 de diciembre de 1967 y se enfrentó a Barcelona Sporting Club. El estadio Modelo se repletó y pudo observar un hermoso partido en el que Yashin se lució en la portería. La crónica del partido, de EL UNIVERSO, destacaba la gran atajada que hizo a un tiro libre con chanfle de Moacyr; se reseñaba que el arquero, con pasmosa agilidad, lo desvió de un manotón. También se lució ante un potente disparo de Vicente Lecaro, luego se enfrentó dos veces mano a mano con Félix Lasso, al que el arquero anticipó. Barcelona jugó muy bien y empató a 0 con Dínamo gracias a la calidad del portero Yashin, que salió aclamado por el público presente.
El día anterior, el 26 de diciembre de 1967, Barcelona lanzaba la promoción para conseguir 5000 socios. El evento era de mucho interés para los barcelonistas y ganó en expectativa, porque el economista Galo Roggiero Rolando, presidente de Barcelona, invitó al presidente del club Dínamo, Lev Deriunguin, para que sea testigo de honor. Pero lo que llamó la atención es que al acto también compareció el famoso arquero Lev Yashin; ese hecho terminó siendo histórico porque en un acto lleno de solemnidad, tanto el presidente del club visitante como el reconocido Yashin firmaron los documentos que lo acreditaron al guardameta y al dirigente como socios honorarios de Barcelona.
En 1984 se supo una lamentable noticia: a Yashin se le había amputado una de sus piernas por problemas arteriales y su deceso ocurrió seis años después, por un terrible cáncer. Así moría la leyenda, el socio honorífico de Barcelona. Su paso por Guayaquil, fue todo un acontecimiento. Su legado lo resume la frase que escribió el periodista español Santiago Segurola; “Yashin fue un portero cuya carrera adquirió proporciones épicas, cercanas a la fabulación”. (O)