Si subiera a un cuadrilátero, alguno creería estar viendo a Archie Moore. Pero este señor del KO va en moto y habla italiano. Nada que ver. Es Valentino Rossi, líder del Mundial a sus 36 años, un piloto capaz de estar en lo más alto del campeonato pese a que sólo ha liderado cuatro vueltas en las siete carreras disputadas. “Sé que Rossi siempre va a estar ahí”, decía el lunes Jorge Lorenzo. Y ahí está. Y ahí sigue. Con sólo cuatro vueltas.
Es la particular manera de multiplicar los panes y los peces que tiene el de Tavullia. El año pasado por estas fechas, celebradas las siete primeras citas del Mundial, Rossi sumaba 30 vueltas en cabeza de las 171 totales, lo que sólo le valía para ser segundo en la general, a 58 puntos de Marc Márquez (90 vueltas abriendo carrera). Otros tiempos, aunque tan cercanos...
Ahora, en vísperas de aterrizar en Assen, Valentino lleva cuatro vueltas en cabeza (de las 171 totales, es decir un 2,3%), lo que le vale para aventajar en un punto a Lorenzo y en 44 a Andrea Iannone. Cuatro vueltas (dos en Qatar y dos en Argentina) que contrastan con las 118 en las que ha sido Lorenzo el que ha liderado los grandes premios. Incluso Márquez, en ese dolor de muelas en que se ha convertido su Honda RC213V en 2015, ha sido líder durante 40. Aunque, traducidas al lenguaje real, el que habla la clasificación y pone a cada uno en su sitio, le tiene quinto del Mundial, a 69 puntos del liderato. “Tras siete carreras la diferencia entre Jorge y yo es de sólo un punto y para mantener el liderato debo acabar por delante de él. No será fácil, porque Jorge está en gran forma... aunque yo también”, apunta Rossi.
Están en forma ellos, los pilotos, también la Yamaha, esa M1 que se ha hecho fuerte en la parrilla entre una Honda sin gas y esas Ducati cuya efervescencia suele evaporarse a medida que pasan las vueltas. Rossi celebra esa “gran evolución” de la Yamaha y lo hace oliendo ya Assen, donde ha sido tan feliz: ocho victorias, seis de ellas en MotoGP, una en 250cc y otra en 125cc. No esconde su buen feeling con el trazado holandés: “Me gusta Assen, es un circuito bonito. He hecho bastantes buenas carreras allí en el pasado. Ahora lo primero que tenemos que mejorar es en calificación”. Eso será el viernes. Que a La Catedral se va un día antes. Con cuatro vueltas.