Los medios de Barcelona dan ya al Madrid como vencedor seguro de esta final, algunas casas de apuestas solo conceden tres céntimos por cada euro que apoye el título blanco, pero Pablo Laso echa el freno al triunfalismo, al menos hasta tener la copa bajo el brazo: “Ahora mismo solo vamos 2-0”. Tanto y, a la vez, tan poco, insuficiente al menos. Aunque nunca se ha remontado un 2-0 en la final, sí que se logró la hazaña en una eliminatoria de cuartos, en la campaña 2004-05 (el Unicaja eliminó al Alicante). Según los pronósticos, además, la final está más cerca del 2-1 que del 3-0. Los jugadores del Barcelona prometen entrega total (Abrines habla de “collons”) en pos del milagro y para evitar también que el Madrid celebre en pista culé su título de Liga número 32. En realidad, para evitar que lo celebre todo en el mejor año de la historia del baloncesto merengue, cantera incluida, porque aglutina cada título en liza desde categoría infantil.
El último obstáculo es el Barça y... el Palau, escenario que da para una doble lectura. Por un lado es la cancha que más se le atraganta al Madrid en las últimas cuatro temporadas, en la era Laso. En doce visitas (once de Liga y una de Euroliga), apenas dos triunfos, el último en la final liguera de hace ya dos años. Desde entonces van seis derrotas consecutivas, incluidos los dos duelos de este curso.
La otra lectura, la que favorece al Madrid, es que desde la campaña 93-94, cuando Sabonis reinó en el Sant Jordi, ha celebrado cuatro trofeos en Barcelona y frente al Barça (aquella Liga, la de Djordjevic y la de 2007 con Reyes de MVP, más la Copa de 2012 ya con Laso). Hoy, o el viernes, puede llegar el quinto éxito en la Ciudad Condal en 21 años, mientras que en ese periodo de tiempo el Real apenas ha festejado un título como local: la Liga de 2013 en el Palacio.
Intensidad, defensa, rebote y acierto es la receta de Xavi Pascual para neutralizar a un Madrid más combativo y hambriento que nadie, y a la vez con la mejor plantilla y las más madura. En estos playoffs, su balance es de 7-1 con 91,9 puntos de media (57% de acierto en tiros de dos y 40% en triples) y una valoración de 105,6.