Tanto el delantero hispano-brasileño, con su continuidad en el aire y que tuvo una charla antes del entrenamiento con Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado, durante cerca de cuarto de hora, como el lateral colombiano eran los únicos jugadores que faltaban por sumarse a la preparación veraniega para el inicio de la Liga el próximo 26 o 27 de septiembre ante el Granada en el Metropolitano.
Ambos habían resultado positivos por coronavirus durante sus respectivas vacaciones, con lo que han permanecido aislados y en cuarentena hasta superar la infección. Ni habían empezado la pretemporada ni habían podido participar en la concentración de cinco días del equipo en el complejo urbanístico de la sierra segoviana de Los Ángeles de San Rafael ni habían podido aún ejercitarse ni el sábado ni el domingo en Majadahonda.
Hasta este martes, cuando los dos se sumaron al trabajo con el resto del equipo. Aunque ambos comenzaron con el grupo los primeros 15 minutos, después hicieron un entrenamiento específico, una vez que llevan once días menos de carga y ritmo físico respecto a la mayoría de sus compañeros, que empezaron el 4 de septiembre.
En la sesión, al igual que el sábado y el domingo, no participó Diego Simeone, que está aislado y en cuarentena por su resultado positivo por COVID-19 detectado el pasado sábado.