Tras conquistar el torneo de Acapulco en su último encuentro, disputado el 1 de marzo ante el estadounidense Taylor Fritz, Nadal volvió a competir en Roma, con camiseta verde fluorescente y pantalones cortos azules, mostrando un buen nivel, en una pista central del Foro Itálico en el que el año pasado logró su noveno título romano.
El de Manacor conocerá este jueves su rival en los octavos de final, que será el ganador del partido entre el canadiense Milos Raonic, número 19 del mundo, y el serbio Dusan Lajovic, número 25. Rafa tiene ventaja de 8-2 en los enfrentamientos previos ante Raonic y de 2-0 ante Lajovic.
Tras renunciar a participar en el Abierto de Estados Unidos, Rafa se midió contra un Carreño, número 18 del ránking mundial, que sí acudió a Nueva York y alcanzó las semifinales, en las que se rindió al alemán Alexander Zverev en cinco parciales pese a llevarse los primeros dos.
Era una prueba exigente y el de Manacor tuvo que anular una bola de rotura en el juego de apertura antes de coger ritmo y encarrilar el encuentro. Quitó el saque a Carreño en el cuarto juego y desde ese momento aumentó el nivel para cerrar el parcial con un duro 6-1.
Si los primeros dos juegos estuvieron muy igualados y duraron 16 minutos, a continuación Nadal apenas tardó 19 minutos para llevarse cinco juegos consecutivos, con un parcial de doce puntos a uno incluido, y ganar el primer set.
El segundo parcial siguió un guión parecido. Nadal quitó el saque a Carreño en el tercer juego y abrió el camino con su potente derecha para conseguir otra quiebra en el quinto y escaparse 4-1. No concedió ninguna oportunidad de rotura tras la que anuló al comienzo del duelo y sentenció el partido con un definitivo 6-1 en una hora y trece minutos.
Pese a conectar solo un 49 % de primeros saques, Nadal fue capaz de conquistar el 80 % de los puntos con su segundo saque y sumó con autoridad su victoria número 62 en la tierra batida del Foro Itálico.