En la WWE actual, el que los luchadores conecten con el público ha dejado de ser una de las prioridades. En el pasado, lograr eso sigificaba todo, pues de ahí surgían los Ric Flair, los Mil Máscaras, los Dusty Rhodes, los Hulk Hogan, los Steve Austin y los Rock. Ahora sólo puedes destacar si la empresa te lo pide; es decir, tiene que ser idea de WWE.
Si eres Zack Ryder y logras con tus ideas que el público te aclame, quedas fuera de la TV. Si eres Damien Sandow y el público corea tu nombre, eres una persona peligrosa. Si eres Cesaro y hay miles de fans con carteles de “Cesaro Section”, te has convertido en un rebelde que debe ser castigado.
Sin embargo, en el caso de Cesaro la situación parecía que terminaría bien, pues después de sus luchas con Kevin Owens y Roman Reigns, Vince McMahon quedó muy complacido, como ya lo habíamos informado.
Esa lucha de Cesaro y Reigns, la última que ha tenido el suizo, McMahon la consideró con calidad de PPV, e incluso dijo que con eso debieron haber cerrado el programa, y no con la firma de contratos de Charlotte y Paige, que terminó siendo un desastre creativo.
La lesión de Cesaro fue, entonces, no sólo física, sino también profesional, pues el empuje era un hecho cuando quedó fuera. Una pesadilla doble para cualquier luchador.
Sin embargo, y a pesar de que Vince McMahon tiene memoria de corto plazo, el push sigue estando en los planes para cuando Cesaro regrese a la acción. Sin duda el viejo Vince debe haber recordado a Bret Hart al ver a Cesaro, pues si a Bret Hart lo ponían a luchar con una escoba, lograba la mejor lucha de la noche. Y con Cesaro fue lo mismo: Lo pusieron a luchar con Roman Reigns y logró la mejor lucha de la noche.
Así que no todo está perdido para Cesaro, pues a su regreso el plan es ponerlo en el escenario del Campeonato Mundial de Peso Completo WWE, una presea que muy posiblemente algún día ceñirá en su cintura.
Ahora todo queda en que los fans guarden silencio y no le digan a Vince que la idea del “push” fue de ellos con lo de la “Cesaro Section”. Es mejor decirle: “Qué buena idea, don Vince. ¡Es usted un genio!”.