Cinco años después, Felipe Ríos sigue retando al Dakar como si fuese su primera vez. En el 2012, en medio del desierto, pensó que no regresaría, que su experiencia en el histórico raid había sido solo efímera. Pero hoy ya hace maletas para estar en la partida en Buenos Aires el próximo 2 de enero.
“Ese año decía que esto no lo vuelvo a correr”, nos confiesa pese a convertirse aquella vez en el primer peruano en cruzar la meta en la Plaza de Armas de Lima para celebrar con toda su gente.
Nadie más que Felipe Ríos sabe lo exigente que es el Dakar, por ello exprime sus últimas horas antes de partir. En el norte del país, le dedica el tiempo libre a su familia, aunque no puede abstraerse del todo: una bicicleta lo acompaña para continuar con su preparación física.
Motivado por la llegada de su segundo hijo, Felipe Ríos busca ganarle al Dakar, superarse a sí mismo, porque la esencia de este raid va más allá de una simple ubicación en la clasificación general. Es, más que nada, un reto de vida. Y Felipe apuesta a ser mejor en cada edición.
LA REVANCHA
“Cada carrera lo tomas con más serenidad por tener más experiencia, pero uno nunca sabe lo que te va a pasar”, dice y con razón. Este año tuvo que abandonar por un problema mecánico en su moto, aunque ese recuerdo ya no está en su mente, lo borró en un suspiro.
El puesto 28 en el 2013 es su mejor resultado y su objetivo es superarlo. Pero antes que fijarse en el puesto, quiere verse en el podio de llegada en Rosario, ya que la prueba tendrá más dificultades de lo que piensa.
“Argentina tiene mucha navegación y con Coma en la dirección, seguro le van a poner dificultad. No soy tan trochero [de conducir en carreteras], pero uno sabe que tiene que ir con calma para no cometer errores”.
Felipe Ríos pasará el Año Nuevo pensando en Dakar y luego tendrá dos semanas de fiesta sobre carreteras, ríos secos, altas temperaturas y también la altura boliviana. Es el Dakar, un reto que aman solo los valientes.
Ríos en el Dakar
2015: Abandono en la etapa 7
2014: 28°
2012: 49°