El año pasado, WWE decidió emprender acciones novedosas en NXT, motivados por el éxito de la marca amarilla. Muchas de esas acciones, sin embargo, chocaron con sus políticas usuales. Una de ellas fue el utilizar a elementos sin contrato, como fueron los casos de Jushin “Thunder” Liger, Tomasso Ciampa, Johnny Gargano y James Storm.
Storm, como ya sabemos, terminó regresando a TNA, y pareciera que sólo utilizó a WWE para ejercer presión y lograr un mejor contrato con la compañía de Dixie Carter.
Las opciones de Storm cuando dejó TNA eran NXT y ROH. En esta segunda empresa habría logrado además valiosas fechas en New Japan, y si gustaba al público japonés podría haberse quedado una buena temporada ganando realmente bien. Sin embargo, optó por NXT a sabiendas de que ahí el dinero no era tanto, pues sabía que eso lo haría más deseable para TNA.
El contrato ofrecido por WWE para que Storm trabajara en NXT era de 100 mil dólares anuales. TNA subió su oferta a 250 mil dólares garantizados y un porcentaje de la venta de mercancía.
La aventura del vaquero Storm en Orlando trajo frutos, pues en su regreso a casa como el hijo pródigo seguramente recibirá un gran empuje y otras prebendas.