El baloncesto argentino está de enhorabuena en este día. Juan Vaulet (1,98 y 19 años) fue seleccionado en el puesto número 39 del draft por los Charlotte Hornets, la franquicia de Michael Jordan, para ser traspasado a continuación a los Brooklyn Nets por dos futuras selecciones del draft. El equipo neoyorquino tendrá los derechos del jugador durante al menos dos temporadas, siendo las siguientes dos sometidas a diferentes opciones de equipo.
La llegada de Vaulet, aún deben decirlo tanto él como la franquicia, sería la octava de un argentino a la mejor liga de baloncesto. Jorge El Gigante Gutiérrez fue el primero en ser seleccionado en 1988 por los Atlanta Hawks, tras él llegaron Hernán Montenegro (ese mismo año por los Sixers) y Marcelo Nicola (1993, Rockets). Pero hubo que esperar a 2002 para ver debutar a un jugador de Argentina y el protagonismo recayó en futuro un cuatro veces campeón de la NBA: Manu Ginóbili. El escolta fue drafteado en 1999 por los San Antonio Spurs de Gregg Popovich, pero no dio el salto definitivo hasta 2002 después de un brillante paso por Italia y la plata del Mundial de Indianápolis.
Además, sería el primero en llegar directamente desde la Liga Argentina desde 1988. Y lo hace desde Bahía Basket, el equipo de la ciudad de Ginóbili y después de superar una grave lesión (lesión en el pie izquierdo) que le tuvo en el dique seco durante 15 meses, aplazando una progresión que no sólo se ha visto en la Liga argentina (7,2 puntos y 4,2 rebotes), sino también con las categorías inferiores de la selección tanto con la sub-17 como en la sub-19. En estos momentos, se encuentra con ese último bloque a unos días de iniciar el Mundial de Grecia y donde se enfrentará a Turquía, España y China.
Fue allí donde siguió y conoció su elección en el draft. "Escuchar mi nombre fue algo emotivo, una sensación inexplicable", manifestó Valuet en palabras recogidas por la web de su club: "Pero sé que tengo que mejorar en el físico y en el tiro". El conocimiento de sus puntos débiles, demuestran la madurez de uno de los jóvenes más prometedores del baloncesto argentino y que cuenta con un buen tamaño junto a velocidad y salto. El lanzamiento desde el perímetro es su debilidad: tira poco y mal. Con cierta desconfianza, al igual que desde el tiro libre. Pero tiene tiempo y espacio para mejorar y seguir los pasos del más grande de su tierra: Emmanuel Ginóbili.