“Soy una mamá gallina”, precisa y no se cansa de repetir Rommy Hübner durante más de una hora de entrevista en La Videna mientras su hija mayor, Aittana, confirma la autopercepción de su madre con absoluta certeza. Antes de todo, Rommy era quien se enorgullecía con los logros de su primogénita y sus dos niños: Arahel y Amadeo. Pero ahora los papeles se han cambiado. Aquella madre que inició su travesía deportiva llevando de la mano a sus tres hijos a los entrenamientos de taekwondo terminó convirtiéndose en una auténtica campeona mundial, o como dicen en su familia, “campeona del mundo mundial”. Y sus tres retoños lo celebran sin cesar.
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