21 de marzo del 2021. Sala de prensa del Chase Center, hogar de los Golden State Warriors. Con bronca en los ojos, Stephen Curry tuvo que salir a declarar tras perder de forma sorpresiva frente a Grizzlies en el Play-In. A pesar de remar tanto en una temporada con altibajos, el equipo de Steve Kerr quedó fuera de PlayOffs. En lugar de amilanarse, el armador lanzó un reto: “No van a querer enfrentarnos el próximo año”. Y cumplió. Una temporada después, Curry guio a Warriors a un nuevo título y consiguió el único trofeo que le faltaba: MVP de las Finales de la NBA.
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La temporada 2020-21 tuvo lesiones, altibajos, una plantilla mermada y muchas burlas hacia Warriors. En una conferencia en la que estuve presente, tras una paliza, Curry dijo: “Se están vengando por los años anteriores”. Sin Klay Thompson, con un Draymond Green alternando lesiones y malas semanas y una plantilla sin muchos recursos, Stephen Curry se las ingenió para guiar a Golden State hacia el Play-In. Incluso, terminó entre los tres finalistas para el MVP de la temporada regular, pero no alcanzó para llegar a PlayOffs.
Aquel 21 de marzo, Curry anotó 39 puntos, pero no fue suficiente. Unos inexpertos Grizzlies, de la mano de un joven Ja Morant, dieron el golpe en las apuestas tras eliminar a Warriors. No obstante, en lugar de hundir a Steph, hizo que saque a relucir su lado más peligroso: con sed de venganza. Aquella conferencia, en el Chase Center, el 30 de Warriors dejó claro que volvería a dominar la NBA. Y cumplió.
Primero, consiguió el récord de triples en la temporada regular en diciembre. En la cara de Ray Allen y en el mítico Madison Square Garden, Curry festejó su primera proeza. Luego, en febrero, se robó el show en el All Star Game, convirtiéndose en el MVP con ¡¡¡16 triples!!! y 50 puntos en total.
Tras ello, terminó de cuajar una dinámica increíble con sus Warriors. Con Wiggins y Thompson como escuderos y Draymond Green como el cerebro ofensivo y defensivo, Curry se dedicó a maravillar a la NBA con un baloncesto pletórico. Siempre estuvieron en el radar, pero no fueron favoritos: a inicios de temporada, las casas de apuestas vaticinaban una final entre Nets vs. Lakers. Demasiado lejos de la realidad.
De pasar de luchar por el Play-In a terminar tercero en la Conferencia Oeste. El cambio entre temporadas fue brutal, con un Curry imponente. No solo desde los triples, también comandando el juego y con una infravalorada capacidad defensiva. Y el respaldo desde el banco fue total: Steve Kerr lo cuidó al máximo para que llegue en óptimas condiciones a PlayOffs.
Y en la postemporada fue el comandante que todos esperaban. Destrozó a unos vulnerables Nuggets en primera ronda. Poco importó que al frente esté el MVP Nikola Jokic. El juego de Warriors despedazó a los dirigidos por Michael Malone.
En segunda ronda, lucharon frente a unos peleones Memphis Grizzlies. Hay que recordar que el equipo dirigido por Taylor Jenkins venció a Warriors por 39 puntos en el Game 5, pero el equipo de Klay Thompson se repuso para ganar la serie en el sexto partido.
En las Finales del Oeste, se enfrentaron a Luka Doncic y unos diezmados Dallas Mavericks. Pese a que lucharon hasta el final, el equipo de Jason Kidd sucumbió ante la experticia y maestría de Warriors. Fue un contundente 4-1 que los mandó a las Finales de la NBA.
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En la instancia decisiva, pese a perder el primer partido en casa, Stephen Curry guio a sus Warriors a un nuevo campeonato. En esta ocasión, pasaron por arriba de unos Celtics que padecieron su inexperiencia en Finales de NBA.
¿Y cuál fue el resultado de esto? Finals MVP. El único trofeo que le faltaba en su ilustre carrera. Por eso las lágrimas sobre el final del sexto partido, Curry sabía que entraba a la historia grande de la NBA. Fue criticado por ser una estrella con múltiples títulos sin tener un MVP de las Finales. Pues esa crítica hay que borrarla, puesto que Steph ya cuenta con ese galardón.
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Y nunca olvidó aquel 21 de marzo del 2021. “Al principio de temporada decían que no estábamos en el radar y aquí estamos ahora, con dos trofeos en la mano. Significa mucho”, afirmó el base tras recibir el aplauso desde las gradas del TD Garden de Boston.
A sus 34 años, Curry promedió 31.2 puntos, 5.2 triples, 6 rebotes y 5 asistencias en las Finales frente a Celtics. Como todo en su carrera, si tenía que conseguir el MVP, tenía que hacerlo de forma espectacular.
Solo el tiempo pondrá en perspectiva todo lo que hemos presenciado al ser contemporáneos del armador de Warriors. Yo me quedo con la promesa cumplida. Y como escribió Seth, su hermano, en Twitter: “No vuelvan a usar el nombre de mi hermano a menos que no sea comparándolo con los mejores”. Sí, Seth. Retuit. Estás en lo cierto.