Inglaterra se estrenó con triunfo ante Austria (1-0) en el partido inaugural de la Eurocopa femenina en la que ejerce como anfitriona gracias a un tanto de Mead y al calor de los espectadores que llenaron las gradas de un feudo histórico como Old Trafford.
El espectacular ambiente y el atrevimiento del rival, que asomó sin complejos dispuesto a sorprender, parecieron intimidar en el arranque a una anfitriona a la que le costó algunos minutos meterse de lleno en el partido.
Cuando lo hizo, su dominio fue patente. Con transiciones rápidas y profundidad en las bandas, las inglesas fueron poco a poco encerrando a las austríacas en su área y generando ocasiones de peligro.
La primera la tuvo Hemp, quien cabeceó desviado en buena posición un centro preciso de Bronze. Fue el aperitivo del tanto que puso el 1-0 en el marcador. Su autora fue Mead, quien capturó un buen pase picado de Kirby y superó a la guardameta en su salida no sin suspenso, pues fue necesario revisar la acción para certificar que la pelota había traspasado la línea de gol antes de que la tocase una defensa para desviarla.
Esa ventaja puso una piedra en la mochila de Austria y liberó de presión a Inglaterra, que siguió soltándose en ataque y amenazando con ampliar la renta. Así, White acarició el palo con un testarazo cuando lo tenía todo a favor para anotar y Zinsberger tuvo que emplearse a fondo para negarle una diana a Hemp en la última jugada de la primera parte.
Tras el paso por vestuarios no bajó el ímpetu ofensivo de las inglesas pero sí su claridad en los metros finales. Por ello abundaron los acercamientos pero escasearon las oportunidades sin que por ello encontrase Austria soluciones para inquietar en el área rival, a excepción de un tiro de Dunst al que respondió con una buena parada Earps.
AGB