Lo impensable está ocurriendo. Después de haber visto al peor Barcelona el sábado, no llegamos a sospechar ver al peor Real Madrid el domingo, doblando sus rodillas. Súbitamente, el Málaga se convirtió en una montaña de dificultades, y el Real Madrid, intentando abrirse paso entre sus desajustes y las amenazas del adversario, terminó estrellándose. Eso explica la amargura de su resignación ante el dañino empate 1-1 que prácticamente dinamita sus posibilidades de ganar la Liga, algo considerado tan viable al levantarse el telón, cuando el equipo de la furia blanca impactaba con su constelación de estrellas y la pretensión de arrasar con todo jefeado por Cristiano Ronaldo.
El cabezazo de Cristiano
¡Qué partido más extraño! Antes que Cristiano abriera el marcador con ese incómodo cabezazo en el minuto 32, desde una posición fuera de lugar, el Málaga malogró un par de opciones con “olor” a gol, con toda la defensa blanca superada y el arquero Keylor Navas indefenso. En la primera opción, mal y débilmente ejecutada por Juanpi, el arquero tico consiguió tapar, y en la otra, Horta, con la cabaña a su disposición, disparó desviado. No había tiempo para lamentos, y el Málaga consiguió el atrevimiento necesario para presionar, recuperar balones y contragolpear.
Kroos, atrás en el medio, trataba de cortar malas intenciones y abrir juego por las bandas con sus trazos, en tanto el accionar de Modric era visible y efectivo, así como las proyecciones de Marcelo y su presencia en las gestiones ofensivas, pero a falta de Bale y Benzema, no se lograba profundidad para avanzar decididamente contra el arquero Kameni. Se creyó que el 1-0, agigantaría al Real, pero no fue así. La falla de Cristiano cobrando el penal en el minuto 36, víctima de un acertado anticipo de Kameni lanzándose a su izquierda, fue de alto costo. El 2-0 hubiera sido apropiado para empujar al Málaga al borde del abismo.
El empate y la tortura
En el inicio del segundo tiempo, Keylor envía a córner milagrosamente un rebote en Nacho provocado por un centro de Horta, y m´ss adelante Sergio Ramos desvía con una pierna disparo del recién ingresado Fornals. El Málaga estaba empeñado en mostrarse como amenaza, y en el minuto 67, el gol de Albentosa, rematando desde la zona derecha dentro del área un largo centro de Weligton, estremece la casa blanca y establece el equilibrio 1-1, arañando el orgullo de la realeza.
Perder dos puntos equivalía a distanciarse nueve del Barsa con 13 juegos pendientes. No se podía permitir eso y el Madrid trató de intensificar la presión y multiplicar posibilidades. Había que volcarse, pero el Málaga no se asustó, en cambio, fortaleció su resistencia y dejó abiertas las opciones de contragolpear. A los 75, un cabezazo de Charles exige el vuelo y la sacada prodigiosa de Keylor Navas. Entre la confusión de ideas, Kroos trata de adueñarse de las riendas del accionar en la recta final, pero no lo consigue, en tanto la entrada de colombiano James por Isco agilizó un poco el frente de ataque y le permitió ensayar un remate de volea con zurda atajado por Kameni. El 1-1 quedó sellado y Zidane salió masticando rabia.
Ver al peor Real Madrid después del peor Barcelona no entraba en los cálculos de nadie, pero ocurrió.