Dani Alves llega a México en un momento de incertidumbre y revolución en todos los sentidos, de desorden institucional, pero también de mucha expectativa por lo que podrá aportar al plano deportivo con Pumas, un club al que tendrá la oportunidad de impulsar a los primeros planos.
México vive una emoción y expectativa por ese romance que se avisora instantáneo entre Alves y los aficionados locales que no se experimentaba hace años, cuando Ronaldinho jugó en Querétaro.
Pero también llega en un momento de penumbras a nivel de selecciones nacionales y con una pobre imagen por malos resultados en la femenil, que sufrió la eliminación del Mundial y Olímpicos, y ahora está sumida en un escándalo por el equipo Sub 20 que jugará su Mundial en Costa Rica en tres semanas.
Y con Gerardo Martino, el entrenador de la Selección Mayor, en entredicho, uno al que conoce bien por su agria experiencia en el Barcelona, Dani Alves será testigo directo del poco compromiso e interés del entrenador para llamar a los mejores jugadores del futbol mexicano, pues los que están en Europa han bajado su nivel de manera alarmante.
Encontrará pugnas internas por el control de las Selecciones Nacionales, pese al cambio de director tras los fracasos de la Sub 20 varonil, que también se pierde su Mundial y los Olímpicos.
Dani Alves se enfrentará en la Liga MX a un equipo arbitral mal preparado, que cada jornada influye de manera negativa en los resultados, y pese al cambio de mando en la Comisión de Arbitraje, no pinta para mejorar.
LA ESPERANZA
Pero no todo será gris. Y no todo se resolverá por la llegada de Alves. Ronaldinho fue el último gran astro que aterrizó en la Liga MX, pero el polvo de su estela se esfumó rápidamente y el rastro es apenas anecdótico.
El ’10’ brasileño llegó al Querétaro a los 34 años, mientras Alves lo hace a los 39, y sin caer en una absurda comparación, el nivel del defensa da para esperar mejores resultados que los de su compatriota, quien se marchó un año después con un subcampeonato bajo el brazo y la confirmación de que sus mejores años habían quedado atrás.
Pero Alves se alimenta de los retos. Y seguramente su afinidad por la cultura popular mexicana y su osadía que va más allá de la cancha harán un ‘click’ instantáneo con la afición mexicana, no solo la de Pumas, que no tiene un fichaje de esta altura desde Bernd Schuster en 1997 y del que hay poco que rescatar.
Alves llega en un momento crucial para Pumas. Tras 11 años sin ganar un título de Liga, ha estado cerca, muy cerca de terminar esa sequía, pero se quedó en la orilla siendo favorito o dando grandes sorpresas, como las históricas remontadas ante Cruz Azul y New England Revolution que le permitieron llegar a dos Finales que terminó perdiendo.
¿Qué más necesita saber Alves de Pumas? Seguramente ya está enterado de que tendrá a un técnico como Lillini que domina el vestuario como pocos, pero que ahora tendrá mayor responsabilidad para integrar a una estrella de talla mundial a un equipo de jóvenes con mucha hambre, que han sido golpeados por las decepciones, pero en el que encontrará otros líderes a los cuales unirse, como Juan Ignacio Dinneno y Nicolás Freire o las nuevas incorporaciones como Eduardo Salvio y Gustavo del Prete.
Que hará rugir el Estadio Olímpico Universitario y vibrará hasta el rincón más remoto de Ciudad Universitaria. Que hará volver a los aficionados que se alejaron por las grandes decepciones de un club que debe y necesita aprovechar esta coyuntura para solidificar la idea original: volver a ser la mejor cantera del futbol mexicano. Y no es una contradicción que Alves pueda ayudar a que eso ocurra. Al contrario, su condición de maestro servirá para que haya aprendizaje en cada práctica, cada partido, cada asistencia, cada regate. Así de importante será Dani en Pumas.
Que los ‘¡Goya¡’ lo harán vibrar y el puño cerrado será el impulso para que el equipo regrese a los primeros planos. Un año parece suficiente para conseguirlo, pese a todo el ‘tiradero’ que hay en el futbol mexicano, su nueva casa.
Bienvenidas sus locuras, bienvenidos sus títulos, bienvenido su buen humor, bienvenida su calidad, bienvenidas sus ocurrencias y su extravagancia. Disfrutará de la comida y la música que tanto lo enamoró. Bienvenido, Dani Alves.