Han tenido que pasar 39 años, para que Perú aparezca en el medallero de un Campeonato Mundial de ese antiguo y fascinante deporte practicado por griegos. “Es la reina de la marcha atlética”, tuitea la organización. Y sí, lo es. Es también la reina del atletismo peruano. En un país donde no hay apoyo a las disciplinas deportivas, sus dos preseas doradas toman aún mucha más importancia. Tras sus dos victorias, recibe a Depor a través de una videollamada para contarnos más detalles del mayor éxito conseguido por una deportista peruana.
Las dos medallas de oro que has logrado en el Mundial prácticamente te convierte en la deportista peruana más exitosa de la historia del país, ¿cómo sientes eso?
Estoy muy contenta por este resultado. La verdad, no me imaginaba llegar a tanto. O sea, sí tenía ese sueño de, de repente, llegar al podio, pero ganar el Campeonato Mundial es más de lo que había soñado. Entonces, estoy muy orgullosa de lo que vengo haciendo.
Era la primera vez que se disputaban los 35 km de marcha es un Mundial y no solo has inaugurado el podio de esta prueba, también batiste la hegemonía de las chinas, que ganaron los últimos tres mundiales...
Las chinas siempre han sido potencia en marcha, las competidoras a vencer, las más fuertes. Antes del Mundial, tuve cinco competencias donde me enfrenté a la misma (a Qieyang Shijie) y en todas me ganaba. Entonces, antes de venir ya la habíamos estudiado con mi entrenador. Habíamos formado una estrategia para ver cómo es que podíamos ganar. Y funcionó. Entrené más duro, más fuerte, para pelear por una de las tres medallas.
Luego de ganar los 20 km, ¿cómo hiciste esos sietes días posteriores para llegar en óptimas condiciones a la carrera de 35 km? Ya habías hecho un gran degaste en la primera prueba...
Después de los 20 km, terminé con dolores en el cuerpo, porque el ritmo y todo estuvo fuerte. Primero, lo que me dijo mi entrenador es que esté tranquila, que nos olvidemos de la medalla que había tenido ese día y comencemos desde cero, como si no hubiéramos ganado nada. También ha sido importante la alimentación, las sesiones de fisioterapia. Todo eso ha acortado un poco la recuperación. Claro uno no va a llegar al 100%, son 7 días nada más y es muy poco para estar al cien. Pero hemos hecho todo lo posible para estar competitivos y poder pelear por una medalla, y se hizo bien. Ya el último día no sentía nada de dolores, me sentía bien. Pero durante los 35 km se presentó el cansancio mucho más rápido. Durante la prueba me dolían las piernas, los brazos, producto de la anterior competencia. Pero a pesar de ello, hemos logrado imponernos ante todo y logramos esta medalla de oro.
¿En cuál de las dos pruebas te sientes más cómoda: en los 20 km o los 35 km?
Desde siempre he hecho los 20 km, pero cuando yo hice por primera vez los 35 km, que fue en abril, la vedad que sentía que no me había cansado. A mi entrenador le decía: ‘¿Sabes qué? A mí me gustan los 35 km, quizá me especializo porque es una prueba que me fue bien”. Al día siguiente, terminé sin dolores, sin nada. Pero ahora que he marchado, ya no me gustan. Los 35 km son súper duros, prefiero quedarme con los 20 km, que ahora sí me siento mucho más cómoda.
¿Cuán importante ha sido tu entrenador Andrés Chocho para tu carrera?
Él es un entrenador de talla mundial. Ha tenido atletas en Brasil, que han estado en el podio mundial. Sus entrenamientos son distintos, trabaja más con la tecnología. Conoce a casi todas las competidoras, las ha estudiado muy bien a todas. Todo eso me ha ayudado a sacar lo mejor de mí.
¿Sientes que el Estado peruano te apoya como debería?
No. La verdad que el apoyo del Estado, del IPD, de la Federación (Peruana de Atletismo), no ha sido bueno, porque hemos presentado un plan para poder tener campamentos, competencias internacionales y todo nos han negado. Yo hablé con el presidente tanto de la Federación como del IPD, y uno me decía: ‘Se le ha dado el presupuesto a la Federación’. La Federación me decía: ‘No tenemos presupuesto, el IPD no nos da’. Todos se tiran la pelota y uno no sabe a dónde ir o quién tiene la razón o quién no. Y ya yo me tengo que hacer cargo. Claro, yo cuento con el apoyo de mi familia, de las empresas privadas, Unacem, Perú LNG, Hunt Oil, que han estado ahí. Es más, a eso le voy a sumar la falta de pago a mi entrenador. Son 6 meses que no le pagan. Yo lo conozco a Andrés, pero cualquier otro entrenador no dejaría pasar tantos meses. Que no le paguen seis meses es demasiado, de repente, un mes, pero ¿seis meses? Ya no sé qué pensar.
¿Y en qué otras situaciones has sentido que no se les brinda el apoyo necesario?
También, por ejemplo, cuando venimos a campeonatos así de talla mundial, la Federación no nos da uniformes dignos de llevar. Nos dan solamente un polo, un short, un buzo. ¿Te quedas 10 días y vas a estar con un polo, un short y un buzo? Es un Campeonato Mundial que no se da mensualmente ni todos los días. Se da cada dos años, entonces deberían invertir en eso y que nos den uniformes buenos, no sé, 5 polos, al menos algo, pero no un polo o un short. Todo eso obviamente molesta a uno como deportista. Esperamos que el apoyo por parte del IPD y de la Federación sea mejor, porque yo como deportista, ahora que me voy a preparar para los Juegos Olímpicos, necesito esa tranquilidad, para estar concentrada y enfocada en lo quiero. Y no estar con eso de presentar un proyecto y que me sigan negando. Si queremos tener resultados grandes, ellos también tienen que apoyarnos.
Luego de Tokio 2020, en donde los resultados no se dieron, entiendo que quisiste retirarte de la marcha atlética, pero luego decidiste volver. ¿Cómo ves ahora, en retrospectiva, ese momento en tu carrera?
Después de los Juegos Olímpicos, nunca me había sentido tan mal, tan decepcionada de mí misma. Ha sido difícil salir de eso. He estado con apoyo de mi familia, yo ya iba a tirar la toalla. No quería continuar más porque sentía que ya no era lo mío. Ya quería dedicarme a otras cosas. Estar, de repente, más tranquila, según yo. Creo que eso no hubiera sido lo correcto. Mi familia estaba ahí y me decía: ‘Kimy, no puedes dejar las cosas inconclusas, sabemos que eres buena’. Poco a poco, todo eso que sentía fue desapareciendo. Yo también me puse a pensar y dije: ‘Ok, hay que darnos una oportunidad, pero hay que hacerlo mejor de lo que veníamos trabajando’. Es así que quise empezar otra vez, ya con más calma, sin presiones. Para ser sincera, desde que volví, no pensaba traer estos logros, porque adaptarme o cambiar al entrenador lleva su tiempo. Mi enfoque sí era para los Juegos Olímpicos, pero, no sé, las cosas empezaron a darse de a pocos hasta que llegamos aquí y logré dos medallas. A veces pienso en eso (que se quería retirar) y me dan ganas de llorar. Pero no, las cosas pasan por algo y uno tiene que seguir.
¿Qué sigue para tu carrera de acá a corto y largo plazo?
Después de esta competencia, vamos a tomarnos, de repente, unas semanas de vacaciones, un poco para despejarnos, y luego de eso vamos a empezar a tramitar con el entrenador las competencias a las que vamos a ir. Pero las competencias más importantes del año que viene son: el Mundial de Atletismo en Budapest, luego los Juegos Panamericanos en Santiago. Y en 2024 está el Mundial por Equipos de Marcha Atlética y los Juegos Olímpicos de París, que a eso es lo que estamos apuntando.
Los peruanos estamos por todo el mundo, ¿cómo viviste el apoyo del hincha nacional que te fue a ver a Oregón?
En los 20 km vi unos cuantos, pero ya en los 35 km fue la gente a verme. Vi las banderas y todo eso. Sí he disfrutado mucho competir aquí. Que la gente se quede los 35 km ahí alentándome la verdad que para mí fue una felicidad completa.
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