El regreso de Shane McMahon a WWE parece seguir fracturando lo que parecía una relación idílica entre Vince McMahon y Triple H. Aunque muchos han pensado que Triple H se casó con Stephanie McMahon para obtener el poder, lo cierto es que empezó a trabajar en la oficina con Vince hace más de 20 años, como lo declaró en una entrevista el año pasado:
“Yo no conocí a Steph, su hija, sino hasta algunos años después, y posteriormente comenzamos a tener una relación y toda la cosa. Pero yo ya tenía una relación laboral con Vince”.
Pero desde que Shane McMahon dejó la compañía en 2010, Triple H fue visto como el sucesor lógico al imperio. Sin embargo, el control que ha podido tener el luchador se ve muy limitado. Como dijo en la misma entrevista, “Vince es el último filtro del proceso creativo”. Esto ha llevado a que haya diferencias de opinión (como cuando Triple H quería de vuelta a Rey Mysterio antes de que firmara con Lucha Underground), e incluso discusiones.
Richard Gray, en Wrestling News World, abunda sobre el tema, diciendo que aunque Vince asegura que Shane sólo ha regresado como talento, en realidad le sirve como contrapeso ante Triple H y Stephanie:
“Vince sabe que Hunter y Stephanie dan por sentado que se quedarán con la compañía en algún momento, pero no siente que esté recibiendo el respeto y la consideración que merece. Aunque el regreso de Shane fuese ilusorio, ayuda a poner a Triple H y a Stephanie en su lugar.
“Vince sigue viendo a WWE como su barco, y no considera como algo automático que un día Triple H se convierta en el jefe de la mesa directiva.
“Mucha de la fricción entre Hunter y Vince tiene que ver con NXT, pues Triple H está intentando que la marca crezca lo más que se pueda, mientras que Vince no quiere que la compañía pierda de vista el principal propósito de NXT: desarrollar talento para el elenco principal”.
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