Hace una década, el 11 de agosto de 2012, el futbol mexicano consiguió el triunfo más importante de su historia: la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres. Comandados por Luis Fernando Tena, un grupo de 18 jugadores logró imponerse al Brasil de Neymar para escuchar el Himno Nacional en el emblemático estadio de Wembley.
¿Cómo te sientes a diez años de haber conseguido este gran logro para el futbol mexicano?
Es increíble, ya pasaron 10 años así, sin darnos cuenta, pero sigue siendo la misma alegría. Cuando uno ve las repeticiones de los goles y sobre todo el Himno Nacional, ese minuto y medio que dura, realmente uno se emociona; recuerdo la emoción y el escalofrío que sentimos, pudimos ver a nuestros jugadores cantar el Himno ya con una medalla de oro colgada, cuando la bandera se levanta y estamos en medio del podio, Brasil y Corea a un lado, de ese momento uno se acordará siempre. Uno tiene la sensación de logro, de conquista y sabes que todo ha valido la pena, ¡qué alegría para nuestro pueblo que puedan disfrutarlo, un pueblo tan futbolero como nuestro!
Además del orgullo, ¿qué dejas en esta hazaña?, ¿cuál ha sido tu legado?
Lo que yo siempre pienso es que se dejó un buen legado para niños y jóvenes de que el futbolista puede lograr cosas muy importantes, siempre y cuando se decida, tenga el carácter y trabaje en conjunto; porque siempre se ha dicho que los mexicanos somos como cangrejos, que no sabemos trabajar en conjunto, que no habíamos ganado una medalla de oro en un deporte de conjunto. Entonces, creo que buenos ejemplos, como la medalla de bronce que se ganó en Tokio, el Mundial Sub 17 de Chucho Ramírez de 2005, el 2011 con El Potro Gutiérrez son grandes ejemplos para niños y jóvenes... Porque yo que ya estoy veterano y te puedo decir que crecimos con esa mentalidad, oyendo de “los ratones verdes”, que “jugamos como nunca perdimos como siempre”, de “los ya merito”. Son ejemplos que van cambiando, ya estos jóvenes crecen con otra mentalidad, ya no hay complejos que alguna vez tuvimos hace muchos años.
¿Hay alguna anécdota que recuerdes de manera especial?
Íbamos en el camión de Wembley a la Villa Olímpica, después de haberle ganado la semifinal a Japón y vamos oyendo al radio, buscando en los teléfonos cómo iba la otra semifinal de Brasil-Corea; cada gol que metió Brasil, los jugadores lo festejaron en el camión, ellos querían jugar contra Brasil, porque Brasil le había ganado con muchísima facilidad a sus otros partidos. Obviamente yo prefería Corea, que ya lo conocíamos, que era un partido parejo, pero los jugadores querían la gloria total tenían una fe bárbara en que podíamos ganarle a Brasil. Por eso antes del partido, antes de salir a la cancha, les decía: ‘tenemos que ser muy respetuosos fuera del campo, porque somos imagen para niños y jóvenes, además de nuestro futbol. Muy respetuosos fuera del campo, pero dentro del campo no respetamos a nadie; respetamos el fair play y el reglamento’. Aunque jugamos contra figuras, porque estaba Rafael en Manchester United, Marcelo en el Real Madrid, Thiago Silva en el PSG, Oscar en Chelsea, Neymar en Barcelona, Hulk en Rusia, Pato que jugaba en Milán, eran realmente puras figuras consagradas que jugaban en Europa, pero nuestro equipo estaba decidido a ir por toda la gloria, realmente fue una generación extraordinaria la que se nos dio en calidad y en carácter.
Hubo una reunión conmemorativa, ¿cómo la viviste?
Nos reunimos después de 10 años después de haber pasado tantas cosas desde la directiva, porque fue algo que realmente nos unió mucho, Justino Compeán y Héctor González iñárritu nos apoyaron muchísimo. El cuerpo técnico Chepo de la Torre, Chava Reyes, tu servidor, Charly, en la preparación física, estaba Parma en la psicología, realmente todos trabajando muy unidos y un grupo humano extraordinario. Un grupo humano que lideraba Chuy Corona de maravilla, que jaló siempre parejito, todos con un mismo objetivo que era una medalla, no hablábamos ni de qué color, pero decíamos ‘tenemos que traer una medalla nuestro fútbol qué está tan necesitado de alegrías’ y nunca perdimos de vista nuestro objetivo.
¿Cómo fue vivir en la Villa Olímpica?
Nuestros jugadores se portaron muy bien a pesar de las muchas tentaciones que hay en la Villa olímpica (se carcajea) que por cierto es una maravilla. Estuvieron más de una semana ahí y maravilloso entrar al comedor de la Villa Olímpica es una energía increíble, es enorme, hay comida de todo el mundo, la camaradería de todos los atletas con tanto energía, con tanto entusiasmo, fotos, pláticas, anécdotas. Todos comíamos ahí, no nos queríamos ir, nos quedábamos un buen rato. Como te decía había comida de todos lados pero increíblemente lo que más éxito tenía eran las hamburguesas.
¿Qué representó este logro a título personal?
Es una alegría extraordinaria, es una emoción y de eso se trata la vida, de vibrar, de seguir, de emocionarse, sabemos que ganes o pierdes, aciertes o falles.
hiom