Las chapas, o "tapas corona" en otros países, son las encargadas de que la bebida en botella de nuestro antojo llegue sin pérdida alguna de gas hasta el momento en que necesitamos refrescarnos. Este objeto tan pequeño es en realidad la culminación de mucho estudio y su forma particular de 21 puntas no puede tener ni una más o ni una menos.
Este tipo de tapas no existieron desde siempre. Muchos recuerdan el corcho o incluso telas enrolladas con el solo propósito de que la bebida de turno no se salga de su botella o se eche a perder. Sin embargo, a medida que el tiempo avanzaba, un nuevo método debía aparecer para que las botellas puedan recorrer largas distancias sin el temor latente de un potencial derrame. Respondiendo a esa problemática es que aparece la clásica chapa.
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¿Por qué las chapas de las botellas de vidrio tienen 21 puntas?
En la década de los ochenta... pero del siglo XIX, comenzaron a aparecer más bebidas con gas en el mercado y eran del gusto de la gente. Sin embargo los tapones de esa época -de corcho, metal y hasta de pporcelana- no eran lo suficientemente herméticos, por lo tanto, estas perdían el gas durante el transporte y su calidad se comprometía.
Con la finalidad de ponerle un fin a esto, el inventor estadounidense William Painter ideó una tapa que denominó "Crown Cork" en el año 1892. Esta tapa poseía un borde ondulado de 24 puntas y un revestimiento interior para que el líquido no entre en contacto con el metal y su calidad se vea afectada.
Con el tiempo los clientes y las embotelladoras cayeron en cuenta de que las tapas de 24 puntas hacían demasiado bien su trabajo, al punto de hacer muy difícil el destapar las botellas. Es así que tras varias pruebas se redujo el número a 21 puntas. ¿El motivo? Pues 21 es múltiplo de 3, los principios mecánicos de física dictan que se necesitan 3 puntos de apoyo para obtener estabilidad.
Si bien es difícil aplicar esta regla sobre un hoyo redondo, de todos modos sus puntos de contacto deben ser múltiplo de 3. 21 es número mágico porque brinda estabilidad tras la apertura y facilita ese proceso con una simple herramienta de palanca. Es así como las 21 puntas se convirtieron en el estándar.