La última semana del mercado europeo siempre deja una sensación de ansiedad. Los primeros resultados se convierten en presión para los clubes grandes, obligados a ganar o a reforzar plantilla. Pero esta coerción también aprieta a los cracks que no se encuentran cómodos en casa. El Manchester United está regalando una telenovela alrededor de este conflicto, como se vio ayer ante el Southampton.
Ten Hag ha empezado a subsanar su mal inicio en la Premier League con dos triunfos seguidos en los que se han visto algunos correctivos: le han ordenado a De Gea que no juegue con lo pies y se dedique a atajar y despejar; en la defensa Lisandro Martínez se asienta desde el juego posicional y la anticipación para compensar biotipo; algunas asociaciones por las bandas de Dalot, Malacia y Elanga empiezan a encontrar fruto en Bruno Fernandes; cuando van encendidos Sancho y Rashford crean peligro. No da para soñar, pero sí para empezar un nuevo ciclo: prueba, error, corrección.
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