"Habla causa", "Habla causita" o "Habla causi" son palabras que utilizamos en un sentido coloquial para referirnos a un amigo, 'pata', 'compinche' o conocido que nos cruzamos por la cera.
Este término comenzó a escucharse en las calles limeñas en los años ochentas; sin embargo, tiene un origen muy lejano a aquellas épocas, ya que realmente no fue elaborada para referirnos a los amigos.
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Increíblemente el plato típico que recibe el mismo nombre no significa lo mismo en sí, sino que es un derivado del vocablo quechua 'kausaq' creado en la época inca.
Con 'Kausaq' nuestros antepasados hacían referencia a la papa en general, la cual era incluso venerada, ya que era considerada parte de la deidad 'Pachamama' y una fuente para el 'sustento de la vida', por lo cual, debía ser un placer consumirla.
¿Y cómo llegó a la comida?
La causa rellena como la conocemos es una herencia de siglos pasados. Si bien no se tiene una fecha exacta de su creación si hay crónicas que se remontan a 1820.
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En esta época un grupo de valerosas mujeres apoyaban a los hombres durante la Expedición Libertadora del Perú. Así pues, se les ocurrió realizar una recaudación de fondos para adquirir tubérculos y hacer un manjar a partir de ellos. De ahí en adelante el platillo que llega a nuestras mesas atravesó múltiples variaciones y texturas, además, se convirtió en uno de los más grandes representantes de la gastronomía peruana para el mundo.
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