Los hermanos Hernangómez, Willy y Juancho, ganaron un oro que ni el más optimista de los españoles esperaba. Varios detalles para esta fe esquiva: esta, la española, era una seleccion de transición, donde las estrellas ya retiradas como los hermanos Gasol dejaban la posta a los Hernángomez, donde no llegaban como claro favorito -eran, según los entendidos, el séptimo candidato- y donde Juancho convirtió su vida de ficción en realidad: pasó de ser Bob Cruz en la película en Netflix dirigida por Adam Sandler, a ser el otra vez protagonista. Willy fue el perfecto escolta: terminó como MVP del Euro basket 2022 -14 puntos y 8 rebotes en la final-.
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No fue un torneo sencillo de ganar, al contrario: esta fue una Euro basket llena de MVP de la NBA: Luka Dončić por Eslovenia, Nikola Jokić por Serbia o Giannis Antetokounmpo por Grecia se quedaron fuera, sin chance de ganar una medalla. España convirtió esa poca expectativa en fe: jugó cada partido como si fuera una final, tuvo grandes rivales para llegar a cada instancia y en la semifinal se encontró con la poderosa Alemania, y primó el corazón y la experiencia del Rudi Fernández y varios jugadores desconocidos por la afición internacional. Determinante fue allí la inteligencia y lectura de cómo ganarle a Alemania de parte del entrenador de nacionalidad italiana pero con muchos años en el país ibérico Sergio Scariolo, el respetado técnico del campeón que con esta completa ya su cuarta medalla de oro. Scariolo supo amalgamar a los jóvenes de su equipo y a los capos de la experiencia NBA, los hermanos Hernangómez. Hoy ya nadie lo critica.
El campeón no se discute. Se felicita. Se analiza. Ahora con esta medalla y la fama de Juancho Hernángomez, España va camino a la consolidación del recambio generacional. Esa es acaso la gran lección de este final, tan emotivo.
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