Durante años, los Raiders mantenían la esperanza de poder quedarse en Oakland, su casa de 1966 a 1981 y de 1995 hasta ahora. Pero ya no. La propuesta final de la ciudad para un nuevo estadio, cosa que la franquicia esperaba ansiosamente desde finales del año pasado, ha resultado insultante para el conjunto de la NFL.
El equipo negro y plata tiene claro que dejará el Oakland Coliseum, el último estadio superviviente de EE UU compartido con un equipo de la MLB (los Athletics). Inaugurado en 1966, el actualmente llamado O.co Coliseum es considerado como el peor estadio de la liga. Sus curvas, aptas para un campo de béisbol, hacen que los aficionados en la yarda 50 estén lejos de la acción. Por no mencionar sus constantes problemas de fontanería y ausencia de servicios encontrados en todos los demás campos.
Los Raiders apenas tuvieron que quejarse para que el condado de Alameda, cuya ciudad más importante es Oakland, se pusiera manos a la obra en busca de fondos para financiar un nuevo campo. El proyecto se llamó Coliseum City, un gran complejo que sería construido junto a los actuales terrenos del estadio actual. La responsabilidad pasó por dos grupos inmobiliarios diferentes... que luego lo abandonaron. Y la ciudad lo puso recientemente en manos de Kephart New City Development LLC.
La propuesta de Kephart era la última gran esperanza de la ciudad de Oakland para retener a los Raiders, que ya anunciaron un proyecto de estadio compartido con los Chargers en Los Ángeles. Pero ésta no sólo ha fracasado, pero parece haber ofendido a los directivos de la franquicia.
Entre las condiciones para la financiación del nuevo estadio valorado en 900 millones de dólares (805 millones de euros) y con 55.000 plazas, estaba vender el 20 por ciento de la franquicia al grupo Kephart a cambio de 200 millones. Luego, los Raiders tendrían que sacar un préstamo de 300 millónes de dólares, pagar 100 millones de sus fondos actuales y otros 100 de lo que ingrese en venta de licencias de abonos. La NFL tendría que aportar los 200 restantes...
“Es la peor propuesta que he visto en mi vida. Nunca en la historia de la NFL he visto a un grupo pretender comprar parte del equipo para poder construir un estadio”, dice Mark Ganis. El responsable del traslado de los Raiders a Oakland en 1995 también está horrorizado por el hecho de que los Raiders no verían beneficios de las 4.000 residencias, 400 habitaciones hoteleras, centro comercial y oficinas que quieren construir en Coliseum City: “La ciudad ha arrojado la toalla, claramente. En Los Ángeles sí que pretenden financiar parte del futuro estadio con fondos públicos”.