La pelea de peso ligero de la noche la estelarizaron Jake Matthews y Jhonny Case. Una pelea dinámica y versátil donde ambos chicos mostraron cualidades de striking y de pelea a ras de piso.
Cuando Matthews escuchó el llamado a la pelea no dudó, inició con buenos golpes, cuidando su guardia y su distancia para no caer en alguna trampa de Case.
Si bien su golpeo fue bueno, su trabajo en la lona fue de reconocerse porque le ejerció muchísima presión a Case, quien debió moverse rápido y ser ágil para no sucumbir ante el poder mostrado por el propositivo Matthews, quien se llevó el primer round pero de calle.
Para el segundo round, Case sabía que pelearle muy de cerca a Matthews lo podría en problemas y que debería hacer valer su propia pelea de piso para lograr vencerlo.
Sacó recursos para responderle a Matthews incluso cuando lo dominó en piso, porque incluso lo martilló a pesar de tener aprisionado un brazo.
Pero Matthews estaba lejos de rendirse, o de permitirse caer derrotado. El descanso entre rounds lo utilizó para reestructurar su estrategia, porque de seguir el juego de Case, era indudable que perdería.
Entonces recuperó los pasos que había perdió en el segundo round, y el control de la lona.
Al volver a la lona se llevó su recompensa. Mantuvo aprisionado a Case con una mataleón y ya no pudo zafarse a pesar de que buscó la forma, porque cuando se volteó para incorporarse, Matthews se le trepó lo mantuvo abajo hasta que lo rindió.