El equipo más ganador de Europa consigue sumar de tres con un gol tempranero, los de la capital española visitaron el Alfonso Pérez para de este modo demostrar el poderío blanco. De momento se colocan como primero de la Tabla General en la liga local con 22 puntos, a expensas del resultado del Barcelona -siendo segundo- quienes enfrentarán mañana domingo al Celta de Vigo desde el Camp Nou.
Sin alardes y con poco brillo, el Real Madrid sacó adelante un partido complicado en el Coliseum Alfonso Pérez, donde ganó 0-1 con un tanto de Éder Militao, redimido de uno de los pocos pecados que cometió el pasado curso: si el central brasileño provocó la derrota de su equipo en el campo del Getafe, un año después enmendó su error para dar tres puntos a sus compañeros.
A una semana del clásico, Militao se erigió como el héroe de un partido plomizo, espeso y algo preocupante para el Real Madrid, que parece que en Liga ha bajado sus prestaciones tras empatar la pasada jornada ante Osasuna. De nuevo, pese a la victoria, la falta de verticalidad fue alarmante y que un central acabara con la incertidumbre fue un mal síntoma
Los hombres de Carlo Ancelotti regresaron a uno de los escenarios en el que la temporada pasada dieron un tropezón poco esperado. Perdieron 1-0, con un tanto de Enes Ünal, provocado por un error clamoroso de Militao. El zaguero sudamericano, señalado aquel día, se redimió de su error muy pronto. Suyo fue el mérito de neutralizar el clásico partido del Getafe, encerrado atrás, sin dejar huecos y con salidas eléctricas para sorprender a un rival superior.
Y es que, Militao no quiso esperar mucho para saldar su deuda. En concreto, tardó cuatro minutos para elevarse por encima de toda la defensa del conjunto azulón y abrir el marcador con un cabezazo imperial a la salida de un córner lanzado por Luka Modric. Su acierto obligó a sus rivales a jugar a otra cosa. El Getafe, ya no podía especular. Tuvo que abrirse sí o sí, la derrota no valía y Militao, con su particular venganza, desmanteló de un plumazo el planteamiento de Quique Sánchez Flores.
El de Ancelotti, salió perfecto. La mejor noticia que se puede dar en el Coliseum, ocurrió. Ponerse por delante en un estadio complicado, siempre da tranquilidad. Y, más si en tu apuesta inicial, apuestas por dar descanso a algunos jugadores. En esta ocasión, Kroos y Mendy, empezaron el duelo en el banquillo. Rüdiger apareció por el centro de la defensa, Alaba se desplazó al lateral izquierdo, Modric reapareció en un once tras su lesión y el hueco de Benzema lo ocupó Rodrygo.
Con esos mimbres y con el tanto de Militao, el Real Madrid dominó casi por completo el primer acto. Sólo le faltó puntería para aumentar su renta antes del descanso. Con un juego plano, pero suficiente para no pasar apuros, pudo marcar por medio de Vinícius, Modric y Valverde, pero los tres casos, sus intentos se marcharon por encima del larguero.
Sólo Rodrygo obligó a David Soria a emplearse a fondo. Al filo del descanso, con un cabezazo a bocajarro, provocó una buena intervención del guardameta del Getafe, que apenas inquietó al Real Madrid a lo largo de los 45 minutos iniciales. El único que lo intentó fue Fabrizio Angileri, con un disparo que estuvo a punto de rematar a la red Borja Mayoral. No llegó al área blanca más veces. Eso fue todo. Perdido tras el gol, hizo lo que pudo para resistir y llegar con opciones a la segunda parte.
El paso por los vestuarios trajo aires renovados para el equipo de Quique. Aunque se llevó un susto justo al inicio con una triple ocasión de Rodrygo, Tchouameni y Modric que salvaron entre Duarte y Soria, el Getafe cambió de marcha para intentar disputar el resultado.
Rápidamente, contestaron Aleñá y Duarte, con un par de intentos desde fuera del área. Uno lo sacó Lunin y el otro se marchó cerca del palo derecho de la portería defendida por el meta ucraniano. Se olía la opción de un posible susto como el del curso pasado. En la pelea con el Barcelona, esta temporada cada punto perdido va a ser oro y el Getafe intentó emplearse a fondo para amargar la jornada al Real Madrid, que, en ocasiones consiguió sacarse de encima el ímpetu azulón.
Sin embargo, no tuvo suerte. Cuando pudo cerrar el marcador, el VAR apareció para acabar con la incertidumbre. Como en la primera parte, cuando anuló un penalti cometido sobre Vinícius, intervino para anular por fuera de juego un tanto de Rodrygo. Y, así, sin el resultado cerrado, el Real Madrid llegó a la última media hora. Todo podía pasar. Cualquier cosa era posible. Sin embargo, el Getafe se contagió del juego timorato del equipo de Ancelotti y se fue con una derrota gris marcada por la venganza de Militao. El equipo de Ancelotti cumplió y ya piensa en el clásico. De momento, llegará líder a uno de los partidos más importantes del curso. Eso sí, con dudas.
DAO