Cuando Alianza Lima está en pelea hay un jugador que siempre juega su mejor partido fecha a fecha: la tribuna. Los íntimos son peligrosos por el talento de Jairo Concha, el juego de Pablo Lavandeira y los goles de Hernán Barcos, pero también se inspiran en el aliento de su gente.
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Hay algo que Alianza ha aprendido en estos últimos partidos y es jugar con su gente, para su gente y no al ritmo de lo que manda la tribuna. Por que la presión que imprime el quipo de Chicho Salas bien puede ser ese cántico de la barra, pero el juego que empieza a practicar con el balón llega desde la tranquilidad de cabezas pensantes como Concha, Lavandeira, Ballón.
Es un Alianza al acecho que hoy tiene que demostrar más que nunca que para dar caza a Cristal antes debe vencer a sus propios fantasmas. Tendrá que ir a la altura ya batallar ante ese rival al que este año no ha podido superar.
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