:quality(85)//cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/XSPNH2QRVBBIBLTC7WLF7AHO4Y.jpg)
Una nueva jornada del Mundial Qatar 2022 llegó a su fin y Japón fue quien se llevó los titulares de todo el planeta fútbol con su histórica clasificación a los octavos de final como líder del Grupo E por encima de España, Alemania y Costa Rica. El combinado asiático supo aguantar los constantes ataques de los dirigidos por Luis Enrique y en el arranque del segundo tiempo dio vuelta el resultado gracias a su verticalidad y velocidad a la hora de pisar el campo del rival. Detrás de la hazaña hay que resaltar el papel del entrenador Hajime Moriyasu, que fue la mente maestra del seleccionado que tumbó a dos históricas y respetadas naciones.
El entrenador de 54 años tomó el control de los Samurai Blues después de la Copa del Mundo de 2018, en la que los nipones también se metieron entre los 16 mejores equipos y cayeron frente a Bélgica. Akira Nishino, su antecesor, dejó la vara alta en el máximo evento continental, pero Moriyasu, que anteriormente era su ayudante de campo, arribó decidido a seguir agregando páginas doradas en el combinado nacional. Con un largo proceso en la Sub 23, Hajime fue finalista en la Copa Asia 2019, fue eliminado en fase de grupos de la Copa América 2019 y quedó en cuarto lugar en los Juegos Olímpicos que se llevaron a cabo en Tokio a mediados de 2021.
Luego de un largo proceso Japón desembarcó de manera directa en el Mundial al finalizar segundo del Grupo B con 22 puntos, sólo uno por debajo de Arabia Saudita: siete victorias, un empate y dos derrotas fue su récord. La suerte no le sonrió a los japoneses en el sorteo del máximo evento, pero lejos estuvo de temerle a la cita con el destino. Con una disciplina que lleva casi una década de trabajo, derrotó por 2-1 tanto a Alemania en la primera fecha como a España en la tercera jornada y se quedó con el liderazgo de la zona con seis unidades.
Uno de los grandes cambios de Moriyasu en el momento que le tocó hacerse cargo del combinado nacional fue ensayar un esquema 3-4-3 para explotar la velocidad de sus bandas sin la necesidad de caer en centros. La altura no es uno de los fuertes de Japón y Hajime entendió que si quería competir frente a los mejores equipos, debía estar preparado para buscar fugaces alternativas de ataque sin descuidar el arco propio. “Creo que es un momento histórico. Si pienso en el desarrollo del fútbol japonés, hemos ido creciendo a pasos agigantados. Es una gran sorpresa y ahora estamos alcanzando el nivel mundial. Vimos a Arabia Saudita con una victoria sorprendente, así que estamos mostrando la capacidad del fútbol asiático”, explicó después del partido frente a Alemania, donde comenzó esta épica historia.
Moriyasu, al que normalmente se lo ve inquieto del otro lado de la línea de cal y con un característico traje oscuro, tuvo una vez una prueba en el Manchester United al principio de su carrera futbolística en 1990 cuando tenía apenas 22 años. Pero, en su viaje a Inglaterra, no logró impresionar al entonces director técnico Sir Alex Ferguson ni a sus colaboradores por lo que el club no le ofreció un contrato y tuvo que arrancar el camino desde un una vidriera menos expuesta: el fútbol local.
La mentalidad ganadora del entrenador se remonta a sus inicios en el Sanfrecce Hiroshima de la J1 League, donde permaneció durante 14 años primero como jugador y luego como coach. Allí, comenzó a desarrollar sus ideas tácticas y logró su pico máximo al salir campeón del campeonato doméstico en el año 2015, estrella que le dio un cupo para participar en el Mundial de Clubes. El cuadro nipón venció al Auckland City de Australia, al Mazembe de la República Democrática del Congo y en semifinales se cruzó con el River Plate de Marcelo Gallardo, flamante vencedor de ese entonces de la Copa Libertadores frente a Tigres de México.
Lucas Alario, de cabeza, fue el único que pudo destrabar una compacta defensa y el club argentino reclamó su lugar en la final, en la que cayó por 3-0 con el FC Barcelona. Lejos de bajar los brazos con la eliminación, Moriyasu utilizó la experiencia para aprender de la idiosincracia argentina alrededor del fútbol y de un referente en la dirección técnica como Marcelo Gallardo. “Espero que podamos aprender más sobre la cultura de estos fanáticos. Nuestros jugadores no fueron abrumados por tantos fans”, explicó por los más de 10 mil hinchas del Millonario que viajaron a Osaka a alentar al equipo.
La evolución que demostró Japón en el Khalifa International Stadium quedó a la vista de millones de televidentes, mientras que los cánticos de la parcialidad asiática llevaron la tonalidad y el ritmo que normalmente se escucha en las distintas canchas de Argentina. “He visto que mucha gente ha venido desde nuestra tierra natal y que una multitud nos ha apoyado. A ellos les dedicamos este triunfo. Se lo dedicamos a todo el pueblo de Japón. Ha sido una victoria cimentada en la perseverancia y el trabajo. El equipo no se rindió jamás y ha conseguido una clasificación brillante.”, declaró el seleccionador con una sonrisa en el rostro.
Días antes del arranque del Mundial Qatar 2022, Hajime no tuvo miedo a la hora de realizar una predicción de su actuación en el certamen: “Nuestro objetivo es llegar a los cuartos de final, pero tomaremos cada partido como venga, analizando a nuestros oponentes y haciendo uso de nuestras propias fortalezas”. Ya instalado en octavos, en el horizonte asoma Croacia como el último obstáculo entre Moriyasu y la meta que se planteó antes de iniciar el viaje en el Grupo E.
El mismo seleccionador argumentó que un gran paso hacia el desarrollo de mejores futbolistas en su tierra natal fue la globalización de los jugadores japoneses en las ligas más prestigiosas del planeta. “De los integrantes de nuestra plantilla, cuatro juegan en la Bundesliga y dos en la Premier League. Están luchando en estas ligas tan fuertes y duras. Se han hecho fuertes”, agradeció públicamente después de cosechar tres puntos históricos. Shinji Kagawa, referente del Borussia Dortmund, y Yuto Nagatomo, lateral durante varios años del Inter de Milan, fueron quienes se encargaron de abrirles la cabeza a los directivos de los clubes de que Japón puede ser un nuevo nido de talentosas promesas. Y agregó al respecto en conferencia de prensa: “En ese contexto, si esas ligas han contribuido al desarrollo de nuestros jugadores japoneses, lo respeto y estoy muy agradecido por ello”.
Es la cuarta ocasión en la que Japón alcanza los octavos de final: en 2002 cuando fue organizador junto a Corea del Sur, en Sudáfrica 2010, en Rusia 2018 y en esta edición de Qatar 2022. Moriyasu está a las puertas de lograr una hazaña que pasará a los libros de historia del fútbol japonés ya que nunca pudo acceder a cuartos (cayó ante Turquía, Paraguay y Bélgica, respectivamente). No será una tarea fácil para el combinado asiático: chocará con Croacia, último subcampeón del mundo liderado por una estrella como Luka Modric. Pero si algo demostró esta generación de futbolistas nipones es que está preparada para desafiar a la lógica y derrotar a cualquier oponente que se interponga en su camino.
Seguir leyendo: