No es la primera vez que un amigo de cuatro patas incursiona en el deporte, pero Marlo sin duda es la última sensación, por lo menos al sur de Londres, donde junto a su dueño han solucionado el eterno problema de las pequeñas pelotas blancas de golf perdidas en amplios campos como el de la zona de Wimbledon.
La labor de Marlo y su propietario Charles Jefferson empezó hace ya cinco años y juntos han logrado recuperar más de 6 mil pelotas de golf a lo largo de bosques y campos que se han ido acumulando con el paso del tiempo. Todo un cazador, Marlo sorprendió cuando llegó a la familia Jefferson y en su primer paseo, regresó con una pelota Titleist Pro V1, codiciada en el mercado de coleccionistas.
Justamente se estima que en Estados Unidos al menos 300 millones de pelotas de golf se pierden cada año y si bien cualquiera pensaría que no es un problema mayor, la realidad es que encontrarlas también es una oportunidad de negocio, de retribución. Incluso hay empresas que contratan a gente que quiera dedicarse a esta tarea, no solo en campos de golf, también en lagos.
Charles, de 52 años y golfista amateur, compartió en entrevista con CNN que ha donado parte de las ganancias que ha conseguido gracias al talento de Marlo, con quien disfruta de su actividad favorita dos veces por semana.