Chyna murió anoche. La novena maravilla del mundo se despidió en privado, sin haber logrado su meta de llegar al WWE Hall of Fame, el panteón donde los dioses de la lucha libre descansan. Sin haber ganado, si quiera, la lucha contra su complicada y triste vida.

Chyna no es Chyna. Antes de la WWE era Joan Marie Laurer, una niña de cuatro años que tuvo que superar el divorcio de sus padres, el alcoholismo de sus padrastros y su ira. Chyna es Joan, una niña de 12 años abusada por un profesor y que casi al mismo tiempo empezó a vomitar tras las comidas.

Chyna, la diva de la WWE, tenía 46 años cuando falleció. En 1986, apenas con 16, era la chica que huía de casa cuando su madre decidió enviarla a un centro de rehabilitación para que supere de una vez sus problemas con las drogas. Era la chica que viajó hasta España para completar la secundaria y la misma que se graduó en Literatura Española en la Universidad de Tampa. La que hacía fitness y que tocaba el chelo. Pero también de la que abusaron dos universitarios en una fiesta.

Pero Chyna también fue la mujer soldado del Cuerpo de Paz que iba a cumplir una misión a Guatemala. Y que cuando volvió no pudo encontrase nunca más: a los 20 años, algunos años antes de sentir sobre ella las luces de la WWE, su ritmo era salvaje: era camarera en un club de striptease, cantante de una banda y una aspirante a asistente de vuelo que tuvo un terrible accidente de auto antes de despegar por primera vez.

Pero en medio de eso la WWE la encontró. Era 1995 y ella tenía tiempo entrenando con 'Killer' Kawalski, una leyenda del cuadrilátero que la iba formando en su coliseo de Massachusetts. Él fue quien la acercó a la empresa donde adoptaría el nombre de Chyna, y donde se convertiría en leyenda.

Detrás de Chyna quedan varias cosas: el desacuerdo de los promotores de lucha para hacerla pelear con hombres, la envidia de aquellos contra los que se medía como pares en el ring, los campeonatos, los hitos, las peleas memorables. Ella fue la primera gran diva de la WWE, la dos veces Campeona Interncontinental, la novena maravilla del mundo.

Chyna parecía encontrar solo la paz dentro del ring. Eso explicaría por qué cuando dejó la WWE en 2001, terminó mostrando su peor cara en la TV: la de una ex figura del 'show business' absorbida por la fama y por las drogas. Ni siquiera su breve retorno a la empresa de lucha TNA pudo salvarla. Quizás quiso hacerse fuerte para enfrentar su propia violencia. Y por eso terminó luchando contra ella en los cuadriláteros.

Los últimos años de Joannie hablan de una mujer que se convirtió en Chyna: se cambió el nombre legalmente y aprovechó el escándalo de un video íntimo para convertirse en estrella del cine para adultos. Ella es la mujer que falleció el miércoles. La que solo quería reconstruir su vida, la que estaba en tratamiento médico para vencer la ansiedad, la que iba a ferias de fanáticos a ganarse la vida, mientras pensaba cómo volverse miembro del salón de la fama de la WWE.

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