Mucho se ha hablado del ataque de los Green Bay Packers en este último año. Y con bastante razón. Desde el QB (¿cómo no vamos a hablar del mejor jugador de la liga?), pasando por su corredor estrella (Eddie Lacy), hasta llegar a ese dúo de WRs que volvieron locas a las defensas rivales en 2014 (Randall Cobb y Jordy Nelson). Pero, ¿qué pasa con los TEs? ¿Puede mejorar la ofensiva desde esa posición también? La respuesta es un sí rotundo, y tiene nombre propio.
En el draft de 2014 llegó un Rodgers desde la Universidad de California (¿les suena esto?). Los Packers usaron su pick número 98 en la tercera ronda para elegir a un tight end para olvidar la baja de Jermichael Finley. Rodgers era un jugador del que se podía entrever un gran talento como corredor de rutas, pero al que se le veían demasiadas carencias cuando de bloquear se trataba. Y eso fue lo que demostró en su año de rookie.
Richard Rodgers empezó el año jugando escasos snaps y aportando muy poco, o casi nada, en la faceta en la que brillaba más. Solo sumó 10 recepciones en los primeros 10 partidos que jugó con la camiseta “green and gold” del equipo de Wisconsin. Esa estadística se vuelve más preocupante cuando vemos que en la semana 8, frente a los Saints, consiguió 4 de esas 10 recepciones. Imagínense los otros 9 partidos.
A partir de la semana 10 su presencia en la ofensiva es mayor, aunque tampoco de manera muy amplia. Demasiados balones se necesitan en ese ataque, y el excelente juego de Davante Adams le apartaba de los focos. Rodgers siguió trabajando y ganando confianza con su QB, hasta el punto en el que Aaron Rodgers sale en prensa diciendo que “las manos de Richard Rodgers son unas de las mejores de todo el equipo”. Eso, viniendo de quien viene, son palabras mayores.
Los problemas de Rodgers bloqueando se hacen más visibles en cuanto pisa un campo de football profesional. Es cierto que en protección de pase se ha mostrado más regular (aunque debe mejorar), pero en el juego de carrera ha sido un desastre, demostrando la pobre técnica que posee (IMAGEN 1).
Aquí lo vemos en un bloque zonal (outside zone) en el que es incapaz de mantener su zona y abrir el gap. Su reacción al DL es tardía, lo que le lleva a una mala colocación de las manos (hand placement), sin ese punto de sujeción y sumado a un leverage demasiado elevado con el que juega, le es imposible poder empujar y sacar al defensor de la zona de carrera de Lacy. El DL se lo quita de encima con cierta facilidad, cierra el gap y consigue tacklear al RB, evitando cualquier ganancia en yardas por parte de los queseros.
A su usualmente mala colocación de las manos en el oponente, se suma la posición de los pies cuando inicia los power step (paso hacia delante en los bloqueos para la carrera). Rodgers, muchas veces, pierde el equilibrio demasiado rápido por estas dos causas. Lo vemos en la imagen de abajo (IMAGEN 2)
Otra vez, reacciona mal y tarde al snap. No consigue contactar con el defensor, cruza sus pies muchísimo, y con un simple counter move (golpear el hombro exterior por parte del DL) Rodgers pierde totalmente el equilibrio, hasta el punto de caer de boca. Parece cómico, pero no creo que a sus entrenadores les haya hecho la misma gracia. El verdadero problema de esto es que no se ha visto a penas mejora a lo largo de todo el año, y es algo que debe trabajar para poder dar un salto de calidad.
Todo cambia cuando sale a recibir. Ahí se demuestra su potencial y lo bueno que puede llegar a ser. Es cierto que sus manos son espléndidas, pero no lo es menos su route running. Es grande y más veloz de lo que parece, y sus breaks (cambios de dirección) son realmente buenos. La química con Aaron ha quedado demostrada en los playoffs (IMAGEN 3).
En la imagen de arriba lo vemos saliendo desde el slot. Al ser tan buen corredor de rutas, McCarthy puede usarlo saliendo desde la OL, desde el slot, o incluso abierto en situaciones de 3x1, aislándolo frente a DBs (más pequeños) o LBs (más lentos). En este caso vemos como Rodgers corre muy bien una ruta slant, haciendo un gran speed cut (usando el pie más exterior para cambiar su dirección) y poniendo su cuerpo entre el SS y el balón. Además, una vez atrapado el pase, es capaz de aguantar el tackle y ganar la yarda que le hacía falta para conseguir el primer down.
Pero donde puede hacer mucho daño este TE es en rutas profundas. Aprovechar los huecos que generen Nelson, Cobb y Adams debe ser su objetivo para 2015. Todas esas rutas medias y cruzadas que tan bien juegan los WRs queseros, le tienen que servir a él para ganar físicamente a los safeties o linebackers (IMAGEN 4).
Este podría ser un ejemplo de lo que estoy hablando. Los Patriots forman en Cover-1, con el FS caído al strongside donde está la amenaza de Cobb (en el slot) y de Nelson (abierto). El SS está con Rodgers en hombre a hombre. Una vez que el snap se inicia, Rodgers ataca la seam. El otro Rodgers, el QB, lo hace de fábula. Primero lee al FS y finta el pase hacia la hook route de Nelson (pump fake). Con esto consigue mover al FS y dejar la zona profunda totalmente al descubierto. Lo siguiente es leer la ruta a la flat del RB, lo que hace moverse al LB que estaba cayendo al medio. Con todo esto, y con la velocidad de Richard Rodgers, el MVP de la liga tiene un objetivo claro al que lanzar.
Aunque el pase es bueno (o muy bueno), la recepción del TE no lo es menos, consiguiendo además traspasar la línea de la end zone para anotar un touchdown.
Desde Wisconsin han seguido llegando noticias positivas en esta off-season sobre Rodgers. La titularidad está al alcance de sus manos si consigue arreglar los problemas que tiene con los bloqueos. Necesita aportar mucho más de lo que lo ha hecho hasta ahora en esa faceta. Hay que mancharse de barro cuando el equipo lo pide, Andrew Quarless no debería ser rival para él. Si Green Bay consigue sumar otra amenaza más en esa ofensiva, los problemas para el resto de franquicias van a ser poco menos que insalvables. Los seguidores queseros están ansiosos de otro anillo, y Aaron Rodgers también. Eso da miedo.