En los últimos años, el campeón indiscutido, Saúl Álvarez ha mostrados sus excéntricos gustos al aparecer en diversas ocasiones con pijamas de diseñador, relojes y autos de lujo, así como en su indumentaria al subir al cuadrilátero, la cual también es de diseñador, pero durante los XV años de su hija, Emily Cinnamon Álvarez, el Canelo echó la casa por la ventana al contratar a los principales grupos del género regional mexicano como Grupo Firme y Carin León.
Hoy Canelo Álvarez goza de la opulencia gracias a su trabajo y esfuerzo, pero no todo ha sido color de rosa en la vida de Saúl, quien proviene de un origen humilde con carencias que le dificultaron iniciar su carrera como boxeador.
Saúl Álvarez es hijo de Don Santos Álvarez y Doña Ana María Barragán, quienes vivían en una humilde casa en el municipio de Juanacatlán, Jalisco. La familia Álvarez Barragán contaba con una pequeña paletería, la cual atendía el Canelo después de la escuela, así lo indican varias personas allegadas al boxeador, entre ellas su exentrenador Rafel Guzmán, quien recordó que en alguna ocasión le regaló una paleta.
“Un día andaba buscando una refacción para mi carro que se había descompuesto y cuando pasé por la paletería escuché que un grito: “¡Profe!” y era el Canelo, me acerqué a saludarlo y me regalaba una paleta, yo le decía que no, yo no sabía si se la descontaban o qué, pero él insistió y la tomé”, mencionó.
La venta de paletas no era lo único que realizó Canelo para apoyar la economía de su casa, Saúl también trabajó en un rancho, el cual pertenecía a uno de sus padrinos (QEPD) y su tiempo restante lo ocupaba para jugar en la calle futbol con sus amigos.
A los 11 años, Saúl Álvarez vio debutar a su hermano mayor, Rigoberto Álvarez, quien motivó al Canelo a practicar este deporte, por lo que Rigo fue su primer entrenador y en su primera semana practicando, sostuvo su primer combate, el cual empató.
AVV