Desde el 5 de marzo de 2022, día que se presentó como entrenador del América de manera interina, Fernando Ortiz tuvo claro que llegaba al banquillo más exigente del futbol mexicano, el más codiciado por varios entrenadores, pero el que más horas de trabajo le demandarían. No tuvo miedo a la aventura que se le presentaba, porque estaba preparado para ello. Siempre ha tenido claro que en Coapa se piden títulos.
El Tano es un entrenador que le ha impregnado al América su sello, ha hecho de las Águilas una escuadra a la que gusta ver, ejecuta un futbol ofensivo en el que destaca su fuerza en ataque, al aficionado americanista la gusta ir por la calle presumiendo de ello, y eso lo ha hecho realidad el timonel argentino.
En su primer torneo se despojó de la etiqueta de interino cuando resucitó al América, a base de trabajo lo sacó del trance en el que lo dejó Solari, de los últimos lugares lo llevó hasta la Liguilla de forma directa y de ahí a las semifinales, en las que cayó ante Pachuca, pero directiva y plantel se convencieron de que era el hombre indicado para guiar al grupo, porque su gestión ha estado alejada de polémicas, prioriza la competitividad y el buen rollo en el vestuario, aunado a que está alejado de un papel protagónico o de los reflectores.
Disfrutar y trascender
En todo momento, el Tano ha reconocido que para él es un privilegio estar donde está, pero al margen de que sus números son bastante buenos, en poco más de dos torneos puede presumir un liderato, un año invicto en Azteca, ser por dos torneos consecutivos la mejor ofensiva y uno de los equipos que mejor juega... sin embargo, falta ese último paso que no es otro que alcanzar la Final de liga y, por exigencia histórica, el título.
El cuadro de Coapa no llega a una Final desde el Apertura 2019, cuando la perdieron con Rayados de Monterrey en una dramática serie de penales. Con Santiago Solari no se fue más allá de cuartos de final, mientras que Fernando Ortiz se ha quedado en dos antesalas de la final.
Ahora, el destino le pone en su tercera oportunidad a Chivas. No hay mejor escenario para alcanzar esa añorada final que dejando en el camino al Rebaño Sagrado, un equipo al que ha contenido de buena manera; de hecho, el Tano se mantiene invicto en los tres clásicos que más representan para el americanismo, pero a esos diplomas les hace falta la medalla de honor.
En busca de la continuidad
En junio de 2022, Fernando Ortiz firmó un contrato por un año, en los despachos se le tuvo la confianza para que fuera el encargado de llevar al equipo a la añorada 14. El semestre pasado su equipo fue el mejor en la fase regular, pero tropezó de nuevo en semifinales, ahora con Toluca.
A nivel directivo se le tiene en un gran concepto, su contrato expira el mes que entra, aunque hay el deseo de renovarle, desde inicios de este año se le pidió dar un paso más, es decir, alcanzar la final. Jugar la serie por el título le garantizaba la renovación, el Tano lo tomó con naturalidad, semana a semana fue llevando al equipo (con un tramo de altibajos) a un buen sitio en la tabla general.}
Acabó segundo, fue la mejor ofensiva, solo perdió un juego y Henry Martín fue campeón de goleo. Aspectos que suman a la hora para la renovación. Ortiz lleva semanas en las que se ha escuchado de todo, él se mantiene sereno, tiene claro el escenario: la renovación pasa por alcanzar la final, y ahora que el rival de semifinales es Chivas, la importancia es mucho mayor.
En cuartos de final, el equipo fue uno que agradó en la ida y otro que quedó a deber en la vuelta. El doble Clásico Nacional contra el Rebaño Sagrado no solo vale el pase a una final para la institución, también tiene un doble valor para Fernando Ortiz, si sale con el puño arriba de la serie la renovación estaría asegurada y alcanzaría el primer objetivo que se trazó aquel 5 de marzo.
MGC