MIRA: Juan Pablo Varillas y la estrategia que decidió en Argentina para encarar Wimbledon | ANÁLISIS
Al igual que Juan Pablo, supo ilusionar a más de una generación con su juego y puede ver lo que otros no ven cuando un tenista peruano enfrenta a rivales con mejor cartel en las canchas más prestigiosas. Lucho no quiere mirar al pasado y solo apunta al futuro, con un Juan Pablo Varillas iluminado abriéndose camino y jóvenes promesas que le siguen el rastro. Su objetivo concreto es formar al equipo peruano más competitivo y tratar de recuperar terreno en la Copa Davis, donde tantas veces brilló como jugador. Detrás se esconde su verdadera intención: seguir sintiendo el orgullo de ser peruano y contagiar ese privilegio.
Este lunes empezó Wimbledon para Juan Pablo Varillas -ante Lorenzo Musetti, desde las 5 a.m.-, y conversamos con el gran Lucho Horna sobre las sensaciones que le deja Varillas y lo que espera conseguir en septiembre, cuando Noruega visite Lima por el pase a los Qualifiers del Grupo Mundial 2024.
Además de la alegría que provoca, vemos a Varillas y es inevitable pensar cuánto tiempo pasó para volver a tener a un peruano en la élite del tenis...
Así viene siendo la historia, yo salí después de una buena cantidad de años de Jaime (Yzaga). Ahora estamos ante una generación de la que estamos muy ilusionados, por lo que está haciendo Juanpi, porque sabemos que le quedan muchos años por delante, y una camada de chicos como (Ignacio) Buse y (Gonzalo) Bueno, que tienen un potencial enorme y empiezan a dar sus primeros pasos en el ámbito profesional. Creo que por primera vez se podría dar ese enganche en un par de años, que sería algo maravilloso.
¿A qué le atribuyes el éxito de Juan Pablo?
A su trabajo, su sentido de perseguir sus sueños, de no darse por vencido, es un chico que arrancó en el tenis profesional tarde, a los 20-21 años, cuando normalmente arrancas antes. Se ha mantenido y le tocó pasar 3-4 años en nivel futuros, y después le costó entrar a los Challengers y lo mismo para los ATPs, y ha seguido. Juanpi tiene nivel para competirle a los tops y poder meterse entre los primeros 50 mejores del mundo y eso es lo que está buscando.
¿Qué aspectos influyen para que logre rendir como lo está haciendo?
Detrás hay muchos factores: orden, programación, alimentación, la parte física y lo más importante, no bajar los brazos. Cuando tienes el nivel de juego y juntas todos los otros condimentos a lo largo del tiempo las probabilidades de que te vaya bien son altas.
¿Cuánto ha cambiado su juego?
La parte física ha cambiado en el último año y medio de una manera bastante brusca. Tenía muchísimo tenis pero no estaba ordenado en planteamiento de juego y en eso ha tenido un cambio muy grande. Cuando juega con buen porcentaje de primeros saques es muy difícil quebrarle. En líneas generales es todo el paquete y no creo que vaya solo por un lado. Y la parte mental es importantísima. Siento que tiene más variantes. Ha incluído este año el drop de derecha, que antes no lo hacía tanto, da un paso más adelante con la derecha, son cosas que al principio te pueden complicar pero te va dando más opciones y variaciones de juego.
¿Será posible ver a Juan Pablo en Lima para el Challenger de agosto?
Va a ser difícil. Las cosas han cambiado. En el de noviembre (80 puntos) sí, va a estar en el torneo. El de agosto se cruza con la temporada de cancha dura de Estados Unidos y Juanpi tiene que priorizar esta parte del calendario con su cambio de ranking.
¿Qué le puede aportar Varillas en juego al equipo peruano de Copa Davis?
Si tienes a alguien que es muy cercano a ti, que has crecido con él y que le está yendo así, quieres estar más arriba. Te va ayudando a seguir adelante. Para Gonzalo Bueno, Nacho Buse, por ejemplo, tener 19 años y verlo a Juanpi ahí, como está jugando y con los resultados que está teniendo, es un shock de adrenalina y confianza enorme para comenzar en los primeros años de sus carreras.
¿Cómo lleva el liderazgo dentro del equipo?
Juanpi es un líder y eso está claro. Son todos iguales para el trato, pero obviamente tenerlo en el equipo es un plus de confianza brutal. Siempre lo ha sido y lo va a ser más después de Roland Garros. Solo hay que revisar sus números en la Copa Davis, lo que nos ha dado en estos años, nos ha ayudado tanto dentro como fuera de la cancha. Estoy seguro de que todos sus compañeros están contentos y motivados con los resultados que se están dando.
Por el momento de Varillas, las buenas apariciones de Bueno y Buse... ¿Cómo proyectas la serie con Noruega, que seguramente viene con Casper Ruud?
Es una serie durísima, me encantaría fuera el próximo fin de una semana pero todavía faltan meses. Ruud no es el mismo del año pasado pero tampoco es el mismo de hace unos meses, que no estaba bien. Está más cercano a la fluidez de juego que ha tenido. Será lindo tener a un jugador que ha sido top 5, vamos a planificar la serie de la mejor manera y esperamos que nuestros jugadores lleguen en un buen momento. Me siento con muchas ganas de que sea septiembre, pero hay que tener calma.
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