Su sueño es realizar una película sobre la vida de las personas con discapacidad y su historia bien podría ser el principal argumento para el éxito de ese soñado film. Giuliana Poveda Flores es la parabadmintonista más galardonada de nuestro deporte nacional y ayer siguió sumando reconocimientos. Con toda justicia recibió tres Laureles Deportivos en un mismo día gracias a sus éxitos en el Mundial de Parabádminton del 2022.
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Pero como ella misma lo reconoce, es gracias al equipo que han formado en la Federación Nacional de Bádminton que puede celebrar esos logros. También fueron reconocidos Nilton Quispe y Rubí Fernández, sus compañeros en el equipo de talla baja, y Pilar Jauregui, de la modalidad de parabádminton en silla de ruedas.
Así, el equipo nacional recibió siete Laureles Deportivos en un día, tres de ellos para Giuliana, dos para Pilar Jáuregui y los otros dos para Nilton y Rubí, gracias a los podios que lograron en el Mundial del año pasado.
“Estoy muy emocionado porque lo he podido disfrutar con mi familia. Ellos son de Chepén y han venido para este día”, nos cuenta Nilton, quien logró la medalla de plata en dobles mixtos en el Mundial, junto a Giuliana Poveda.
La ceremonia de entrega de Laureles se volvió muy emotiva cuando fue el momento de entregar las diplomas a los chicos del parabadminton. Los videos hicieron un nudo en la garganta de cada asistente, sus sonrisas alegraron a todos y el discurso de Giuliana terminó por sacar lágrimas.
“Las palabras no serían suficientes para expresar la felicidad que siento en mi interior, porque detrás de un gran logro siempre hay grandes sacrificios y cada uno sabe todos los esfuerzos que hacemos. Doy gracias a Dios a nombre de todos mis compañeros por la vida, por la salud. A nuestros padres, familias, por todo su apoyo. Ellos son nuestra motivación”, dijo la deportista sin poder evitar las lágrimas, ya que recordó el esfuerzo que hacen ellos y sus entrenadores para seguir mejorando día a día.
Los laureles se entregan a los medallistas mundiales y en los últimos años Perú ha tenido muchos de ellos. Christopher Tevez (subcampeón mundial de billar), Itzel Delgado (plata en stand up paddle en surf), Pilar Jáuregui, Rubí Fernández, Nilton Quispe, Giuliana Poveda (medallistas de oro y plata en el mundial de parabádminton), Jean Paul de Trazegnies y Renzo Sanguinetti (medallistas de plata en el Mundial de sunfish, en vela) fueron los deportistas que estuvieron presentes.
Kimberly García (oro en el Mundial de Atletismo) y Shoely Mego (bronce en el Mundial de Pesas) no pudieron asistir por estar en competencias. En el caso de la pesista, su hermana Cindy Mego fue quien recibió el reconocimiento.
En total se entregaron trece laureles, ya que Giuliana Poveda recibió tres reconocimientos por sus medallas de oro en dobles femenino, plata en dobles femenino y singles en el Mundial de Parabádminton en talla baja –junto a Nilton Quispe y Rubí Fernández–. Mientras que Pilar Jáuregui recibió doble reconocimiento por su oro y plata en el mismo mundial, en la modalidad de silla de ruedas.
El deporte peruano suele tener estas grandes alegrías con medallas mundiales y los Laureles Deportivos son el máximo reconocimiento que reciben para alentarlos a más logros.
Kimberly García está entrenando en Ecuador, mientras que Shoely Mego participa en el Sudamericano de pesas en Guayaquil.
Su historia
Giuliana Poveda recibió tres Laureles Deportivos ayer gracias a sus éxitos individuales y en dupla, pero el máximo premio que ha recibido es el reconocimiento del público no solo como deportista, sino como un gran ejemplo de vida, como lo resaltó la Ministra de la Mujer Nancy Tolentino Gamarra, presente en la ceremonia.
A sus 21 años, Giuliana ya sabe lo que es coronarse campeona mundial -lo logró en el 2019 en singles y el año pasado en dobles-, pero, sobre todo, sabe lo que significa ser el rostro de la inclusión luego de sufrir el no ser valorados por la sociedad.
“Fue una etapa que he tenido que pasar para saber lo que valgo, saber dónde estoy, para poder aprender de las experiencias. Me ha servido para ser fuerte y cada día mejor, no como ellos [los que la discriminaron en algún momento]”, nos dice la deportista.
Pero Giuliana encontró en su familia la fortaleza para salir adelante, sobre todo en la imagen de su madre que supo acompañarla siempre. Perdió a su padre cuando tenía apenas 11 años, pero siempre lo tiene presente, ya que fue quien la hizo sentir igual a todos los demás. “Él me decía que yo iba a ser grande y mira… [nos señala sus Laureles]. Mi papá fue la primera persona que estuvo conmigo. Cuando falleció, mi mamá la pasó mal, pero nos dio lo mejor”, nos cuenta una emocionada Giuliana.
Y fue su madre la que lo llevó al parabádminton. “Me obligó”, dice ya entre risas la jugadora. La mamá la impulsó a practicar distintos deportes, a estudiar inglés y cuando Giuliana tenía 14 años, le propuso intentar con la raqueta y la pluma. “Me dijo: “Mira, hay este nuevo deporte. Prueba, vente tres días a ver si te gusta”. Yo le dije que no, porque entrenaba vóley, pero ella me obligó, me convenció”, nos cuenta.
Y así, desde el 2014 incursionó en el parabádminton hasta convertirse en la mejor del mundo. Fue campeona mundial en el 2019 -recibió sus primeros Laureles- y en el 2022 logró el oro en dobles. “Son unos chicos muy comprometidos. Eso ayuda a que se esfuercen mucho”; nos comenta Gonzalo Castillo, presidente de la Federación de Bádminton.
Desde que llegó al cargo decidió apostar por el parabádminton, los sacó de las viejas canchas del Estadio Nacional y los llevó a entrenar en la Videna, junto a los del deporte convencional. “El tema de la inclusión se dio desde el día uno. Ahora en todos los campeonatos incluimos parabádminton. Entrenan juntos, se mezclan y eso hace que el nivel crezca. La inclusión ha sido un éxito en la Federación de Bádminton”, nos dice el dirigente.
Y se valora mucho el trabajo entre los entrenadores y deportistas. Derly Delgado es uno de los que trabaja directamente con los paradeportistas y ha sabido darles el valor que se merecen. “Les ha costado mucho por la sociedad en que vivimos y gracias al apoyo del equipo técnico de la Federación es que hemos podido hacer todo esto. Se vienen más torneos, Santiago 2023, el Mundial del próximo año y París 2024, nuestro gran objetivo”, nos dice.
Y será el reto de Giuliana también. La deportista de talla baja femenina no pudo competir en Lima 2019 porque no se abrió su modalidad, y tampoco en Tokio 2020. Pero en el nuevo ciclo olímpico se ha abierto esa posibilidad. Justamente ayer les comunicaron a Giuliana y a Nilton que están clasificados para los Juegos Parapanamericanos Santiago 2023 y eso los ha motivado mucho.
“Fue frustrante no estar en esos Juegos porque tenía las capacidades para ganar medallas. Ahora me emociono estar en Santiago y poder disfrutar de esos torneos con mis compañeros, de estar todos juntos en el estadio o llevar la bandera o compartir en las villas todos juntos. No he podido vivir esa experiencia hasta el momento y espero vivirla en Santiago, divertirme y tener una medalla, si es posible la de oro”, nos dice Giuliana.
Pero su mirada apunta a lo más alto. La joven deportista buscará su clasificación a los Juegos Paralímpicos de París 2024. “Es un sueño poder clasificar y estar en el podio. Es el objetivo desde siempre, quiero lograr ese gran sueño y darle ese gran regalo a su familia”, nos dice.
Pero su victoria ahora es más grande. Ayer celebró tres Laureles Deportivos y vio recibir los honores a sus compañeros Rubí, Nilton y Pilar. “Ahora nos miran con otros ojos, más que con pena, con admiración por el esfuerzo que ponemos”, sentencia Giuliana.
Esta es la historia de Poveda, nuestra campeona mundial hizo llorar a todos con su mensaje de inclusión y agradecimiento, pero ella es la más emotiva con sus logros. Es una campeona de la vida.
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