Para nadie es un secreto que Paolo Guerrero es hincha de Alianza Lima. Jugó en las divisiones menores y creció allí junto a Jefferson Farfán. Pero el destino tuvo otros planes para él y no pudo hacer una carrera en tienda blanquiazul como sí lo hizo la ‘Foquita’, quien ganó cinco títulos nacionales con los íntimos hasta el momento de su retiro. Uno es considerado ídolo y el otro no; pero el ‘Depredador’ todavía sigue en actividad y, en teoría, podría volver a Matute si las condiciones se dan. Entonces, ¿cuál es el problema y por qué no ha sucedido hasta hora?
El nombre de Guerrero fue vinculado en dos oportunidades a Alianza Lima. Primero, fue a mediados del 2022, cuando el delantero volvió de una larga lesión a la rodilla y buscaba equipo para tener continuidad. El club blanquiazul preguntó por él, tuvo un primer contacto y trató de crear las condiciones para que el retorno del ‘9′ suceda. Sin embargo, la intención del jugador era esperar y priorizar las ofertas del exterior, sobre todo las de Brasil, donde vivía y se sentía cómodo. Y así llegó la propuesta de Avaí FC, que luchaba la permanencia en la Serie A y puso el interés en Guerrero. El goleador aceptó y terminó firmando un contrato por seis meses y de productividad. Jugó 10 partidos y no marcó goles.
La segunda oportunidad sucedió a inicios del 2023, con Guerrero sin equipo y Alianza Lima reforzándose de cara al tricampeonato y la Copa Libertadores. Pero esta vez algo cambió. Si bien trascendió desde el entorno del futbolista que fue ofrecido al club, desde Matute no lo tuvieron entre sus planes ni hicieron el esfuerzo por acercarse a él. La negativa anterior del jugador trastocó el feeling que hubo inicialmente y creó una barrera entre ambos. No fue tomado en cuenta entonces y terminó fichando por Racing. Y lo mismo ocurrió ahora en el reciente mercado de pases, en el que terminó firmando por LDU de Quito.
A ese contexto también se suma lo que dijo cuando se unió a la selección peruana en Seúl, previo a los amistosos contra Corea del Sur y Japón. “Hay muchos jugadores peruanos que juegan en un fútbol que no es competitivo, como el peruano, obviamente. Pero yo me mantengo jugando en un fútbol competitivo con 39 años”, expresó en aquel momento. Esas palabras reflejan el pensamiento de Guerrero y no está mal; no obstante, también limita el hecho de que en algún momento llegue a Alianza Lima. ¿Por qué? Pues, a su edad y sintiéndose competitivo, es difícil que Paolo tenga entre sus opciones inmediatas ponerse la blanquiazul.
Guerrero pasará los últimos meses del año en LDU de Quito; es decir, tiene equipo asegurado hasta diciembre del 2023 y con la opción de renovar. Si eso sucede, seguirá activo a los 40 años en el exterior. Caso contrario, la opción de Alianza Lima está latente; pero no es suficiente. Hace falta cambiar el contexto entre él y el club blanquiazul para que las cosas fluyan otra vez y las condiciones se den. Aquí también influyen otros factores como la edad, lo económico y la intención de la institución de querer sumarlo dentro del proyecto deportivo que establezcan. Todo eso se pondría sobre la mesa ante una posible negociación. Por ahora, Guerrero jugará en Ecuador y desde allí buscará tener continuidad y seguir sintiéndose ‘competitivo’.
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