La operación estaba prácticamente cerrada para que Andrés Montaño dejé Mazatlán FC y continúe su carrera profesional en Pumas, pero algo sucedió en medio de la negociación que frenó de golpe el traspaso. De acuerdo a la información proporcionada por ESPN, el joven futbolista de Mazatlán se encontraba en el aeropuerto de la ciudad costera, listo para viajar a la Ciudad de México y formalizar su traspaso a Pumas. Sin embargo, minutos después de su partida, se habría visto obligado a regresar a la concentración de los Cañoneros. La misma fuente asegura que esta decisión habría sido tomada por el propio Ricardo Salinas Pliego (dueño del club), quien considera a Montaño como un elemento esencial en su proyecto deportivo para el equipo sinaloense.
La situación se torna aún más intrigante debido a la coincidencia de eventos. Durante un partido contra Puebla, Montaño, de 21 años, fue expulsado después de una entrada fuerte en los últimos minutos del primer tiempo.
Esta acción generó diversas opiniones en las redes sociales, muchas de las cuales especulan que el gesto podría haber sido un acto de desaprobación por la decisión de no permitir su traspaso a Pumas.
Montaño había destacado en la selección mexicana durante el pasado Torneo Maurice Revello (ex Esperanzas de Toulon), y despertó el interés de varios equipos que estaban dispuestos a pagar por tener sus servicios. Se especula que Salinas Pliego no estaba de acuerdo con los montos acordados inicialmente por la transferencia y detuvo la operación con la idea de vender al futbolista en otro mercado de pases en valores que sean más beneficiosos para su club.
En toda esta situación Pumas sigue buscando un jugador con el perfil de Montaño que sea reemplazo de Jorge Ruvalcaba. La situación demuestra lo compleja que puede tornarse una negociación en el fútbol mexicano, donde deben estar de acuerdo el club que vende, el club que compra, el jugador y al parecer un nuevo protagonista: “el dueño del club”.
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